A pesar de que el lunes se inauguró, a medias, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en la base militar de Santa Lucía, con lo que se buscó enterrar por completo el de Texcoco, lo cierto es que el proyecto que heredó y canceló el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue costando miles de millones de pesos a los mexicanos, de los cuales hay mucho dinero que ni la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sabe dónde está.

Entre enero y octubre de 2020, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), encabezado entonces por Gerardo Ferrando , transfirió a la Tesorería de la Federación 23 mil 200 millones de pesos del Fideicomiso No Paraestatal 80726, un instrumento en el que se conjuntaron los recursos fiscales y privados destinados al financiamiento del llamado NAICM entre 2014 y 2018. A la fecha, la ASF no sabe cuál fue el destino de esos recursos. La única certeza que se tiene es que no se utilizaron para el programa de recompra de bonos en poder de inversionistas privados.

De acuerdo con los datos de la Auditoría 372-DE realizada a la Gestión Financiera del GACM y del Fideicomiso para el desarrollo del NAICM, aún se tiene pendiente la recompra de bonos MEXCAT por un total de 4 mil 200 millones de dólares, recursos que se incorporaron al Fideicomiso No Paraestatal 80726 y que no corresponden a recursos públicos. El gobierno tiene la obligación de reintegrarlos a sus dueños en el menor tiempo posible, a fin de evitar la acumulación de intereses.

El problema es que la administración del presidente López Obrador decidió no hacer esta recompra y usó estos recursos para fines que no se conocen.

El 20 de enero de 2020 el GACM concretó un convenio modificatorio al contrato de Fideicomiso en el que se incluyó una cláusula que estableció transferir “los recursos que integran su patrimonio en la Tesorería de la Federación en términos de las disposiciones jurídicas aplicables”. Dos días después, el 22 de enero de 2020, y sin exponer claramente los argumentos que motivaron la decisión, el GACM transfirió 21 mil 634 millones de pesos a la Tesofe, por concepto de “Pago derivado de la Renuncia de Título de Concesión para construir el Aeropuerto”.

Posteriormente, entre abril y mayo de 2020, envió otros mil 485 millones etiquetados como “Pago efectuado conforme al Decreto por el que se ordena la extinción de los fideicomisos públicos”, y 80 millones más en octubre de ese mismo año como “Pago efectuado conforme al artículo 11 de la Ley de Ingresos de la Federación”.

El Fideicomiso 80726 acumuló un remanente de 26 mil 473 millones de pesos a inicios de 2020, por lo que, después de transferir la mayor parte de los recursos a la Tesofe, quedó todavía una cantidad superior a los 3 mil 200 millones de pesos que se utilizó para liquidación de contratos con proveedores y para la cobertura de honorarios fiduciarios, a pesar de que el proyecto tenía alrededor de un año de haberse cancelado.

La ASF señaló como irregularidad que el instrumento financiero no se haya liquidado en su totalidad en el año auditado.

La cancelación del Aeropuerto de Texcoco ocasionó en 2019 un daño al erario de 113 mil millones de pesos, cifra que en su momento revelamos en este espacio. Los costos podrían triplicarse si se siguen acumulando los intereses de las deudas con los inversionistas y si el gobierno decide seguir destinando los remanentes del proyecto a otros fines, como sus programas sociales y electorales.

Posdata

Ayer el Presidente le puso el último clavo al ataúd del NAICM con la declaración de Texcoco como Área Natural Protegida, aunque se resiste a liquidar la deuda que generó su cancelación. El costo en función de los intereses será mucho más elevado que los 330 mil millones que algún día se calcularon.

Slim y el AIFA

Y hablando del nuevo aeropuerto, vaya que llamaron la atención los comentarios del magnate Carlos Slim , quien sin empacho alguno dijo que estaba “espectacular”. Muy, pero muy lejos quedaron las críticas por la cancelación de Texcoco. Por aquellos días, el ingeniero criticaba, en conferencia de prensa con medios nacionales e internacionales, la amenaza de AMLO –que terminó por hacerse realidad–. “Me preocuparía o me daría miedo (la llegada de AMLO) si se aplican criterios equivocados para las inversiones, si el criterio para todo será tomar decisiones sin información suficiente”, le lanzó el magnate, quien por cierto recibió su indemnización por la cancelación de las obras en Texcoco y ahora participa, entre otros proyectos, en el Tren Maya. Y ni quien se acuerde en el gobierno de que su empresa construyó el tramo de la Línea 12 que se desplomó y causó la muerte de 26 personas.

TMM aterriza en el AIFA

La empresa Grupo TMM va a participar en el Aeropuerto Felipe Ángeles. Arrendará y operará por 10 años un almacén de carga aérea mediante su filial TMM Almacenadora, que dirige Luis Limón Guajardo . La extensión será de 5 mil 184 metros cuadrados. Su directora general adjunta, Flor Cañaveral Pedrero , fue clave para obtener los permisos e iniciar las operaciones. Con esto se busca darle un nuevo impulso al grupo que ha participado durante más de 60 años en la industria del transporte y logística, en el sector marítimo, de puertos y terminales, así como en almacenes y depósitos.

Créditos de nómina y cobranza delegada

Diputados y senadores instalarán una mesa de trabajo para analizar de forma conjunta la minuta para regular el crédito de nómina con cobranza delegada, la cual, de aprobarse, permitiría que un patrón descuente a un empleado de su sueldo para realizar los pagos parciales correspondientes a un crédito, o el pago total del mismo.

Aunque el modelo ya existe, entre los expertos se reconoce que debe regularse para que se garantice que, antes de aceptarlo, los trabajadores conozcan y estén de acuerdo con las consecuencias jurídicas en materia de libranza, de manera que la legislación no resulte perjudicial para ninguno de los involucrados.

@MarioMal
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