Los pleitos dentro de Morena pondrán a prueba la resiliencia del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador. No solo en la elección presidencial, sino en la mayoría de los nueve estados que van a cambiar de gobierno en 2024 los aspirantes entraron en una espiral de descalificaciones y guerra sucia que anticipa una brutal batalla por el poder el próximo año.

En comparación con la mayoría del resto de los partidos políticos en México, Morena es una organización relativamente nueva: se fundó en octubre de 2011 como un movimiento político-social impulsado por López Obrador y fue hasta julio del 2014 cuando obtuvo su registro como partido con escala nacional.

Desde entonces el líder moral y operativo ha sido López Obrador. Nada se mueve en Morena ni en el movimiento de la autodenominada Cuarta Transformación sin el visto bueno de AMLO. Sus responsabilidades como Presidente de la República, sin embargo, lo han obligado a delegar decisiones que han recaído en algunos de sus más cercanos; desde sus hijos Andrés Manuel, José Ramón y Gonzalo López Beltrán, hasta su esposa Beatriz Gutiérrez-Müller y sus incondicionales, como su secretario particular, Alejandro Esquer, su vocero, Jesús Ramírez, y algunos de sus ideólogos de cabecera, como Epigmenio Ibarra, su principal propagandista, o Rafael Barajas –alias “El Fisgón”–, quien dirige el Instituto de Formación Política de Morena.

Desde noviembre del 2020, el presidente nacional de Morena es Mario Delgado, un itamita quien pese a haber sido impulsado para el cargo por su exjefe en el gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, tomó luz propia y desde hace varios meses se mueve hacia donde cree que apunta la brújula: primero se plegó al excanciller, luego viró hacia quien se percibía como la favorita del Presidente, la exjefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, y después se movió al lado del exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López. Soportó embates internos y externos y ahora busca encaminar al candidato o candidata a la Presidencia en 2024, sin dejar de lado sus aspiraciones a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

El gran problema para Morena son las pugnas entre sus aspirantes a cargos públicos de alto rango, principalmente en la Presidencia de la República y las nueve gubernaturas que se van a votar en 2024. En la carrera por sustituir a López Obrador ha arreciado la batalla entre los dos punteros: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard; las descalificaciones entre ambos han escalado al grado de que se anticipa inexorable una ruptura, previo a la encuesta de inicios de septiembre que revelará al candidato o candidata presidencial.

En esa coyuntura, el paisano del Presidente, Adán Augusto López, se asume con la posibilidad de convertirse en el caballo negro que, ante las discrepancias de Sheinbaum y Ebrard, sea el elegido de las encuestas –es decir de Andrés Manuel López Obrador–.

En el caso de los nueve estados de la República que van a cambiar de gobierno en 2024, también hay una guerra entre los aspirantes de Morena, parecida a la que se vivió este año en el Estado de México y con mayor puntualidad en Coahuila. Las entidades más importantes por su territorio, sus distritos electorales y su relevancia social e histórica para la 4T son las más peleadas: CDMX, Veracruz, Chiapas, Puebla, Morelos y Tabasco. También van a elegirse a nuev@s mandatari@s en Jalisco, Yucatán y Guanajuato.

En la Ciudad de México hay varios aspirantes de Morena, pero ninguno se ve como el favorito. Rosa Icela Rodríguez, Clara Brugada, Omar García Harfuch, Martí Batres, Luisa María Alcalde, Ariadna Montiel, Mario Delgado y Ricardo Monreal son los que figuran. Lo más probable es que sea una mujer la candidata, por lo que la lista se reduce y las tres que más recursos y aprecio del Presidente tienen, las cuales son la secretaria de Seguridad, la titular del Bienestar y la alcaldesa de Iztapalapa, esta última a punto de comenzar a hacer publicidad con la portada de una revista.

En Veracruz, la batalla será entre la secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien trae a cuestas el retraso y sobrecosto de la Refinería Olmeca, y el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, quienes ya han ido afinando sus cañones. En el caso de Chiapas, la refriega ya comenzó: el director del IMSS, Zoé Robledo, el senador Eduardo Ramírez Leal, y la senadora Sasil de León se han dado con todo, lo mismo exhibiendo sus riquezas –departamentos en Polanco y contratos para amigos– que sus malos manejos, como las deficiencias en los hospitales públicos que han costado vidas. En Puebla, el pleito está a tope: los parientes Alejandro Armenta e Ignacio Mier se han dado hasta con la cubeta; el presidente del Senado ve como autor intelectual la filtración del presunto enriquecimiento ilícito de su coordinador de asesores, José Luis García, a su primo, el presidente de la Jucopo de la Cámara de Diputados.

En Morelos también hay tiro, principalmente entre la senadora de Morena, Lucy Meza, y el coordinador General de Política y Gobierno de la 4T, Rabindranath Salazar, quienes tras bambalinas se echan tierra y además tendrán que competir contra los candidatos del gobernador Cuauhtémoc Blanco, que son Víctor ‘El Güero’ Mercado, actual coordinador de asesores del gobernador, y su hermano Ulises Bravo.

Finalmente en Tabasco se anticipa otra batalla de pronóstico reservado por ser la tierra de López Obrador. El titular de Fonatur, Javier May, y el director de Pemex, Octavio Romero, aseguran, cada uno por su lado, que tienen la bendición y luz verde del Presidente. La cosa puede cambiar si Adán Augusto López –quien no es parte de su grupo– se convierte en la “corcholata” ganadora, pues su carta es ni más ni menos que su hermana, Rosalinda López Hernández, actual administradora General de Auditoría Fiscal Federal y primera dama de Chiapas.

Posdata 1

A propósito de los ideólogos de Morena y del escándalo por los libros de texto gratuitos, los hermanos Concheiro forman parte de este grupo radical de la 4T. El subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro, ha declarado que “el comunismo es necesario para transformar a México”. Por su parte, Elvira Concheiro, tesorera de la Federación, es autora del libro “El comunismo, otras miradas desde América Latina”, en el que respalda la adopción del comunismo en México. No se diga El Fisgón y José Hernández, quienes junto con el titular de la UIF, Pablo Gómez, son también de esta corriente.

Posdata 2

Adán Augusto López le dio una larga entrevista al medio tabasqueño Telereportaje de Tabasco. Casi una hora y 25 minutos duró la charla con el periodista Emmanuel Sibilla, en la cual el exsecretario de Gobernación habló de su relación con Andrés Manuel López Obrador, quien, dijo, lo conminó a competir por la candidatura presidencial de Morena y con quien acordó que se incorporaría a su gobierno como una pieza fundamental desde que era gobernador de Tabasco.

Llama la atención la seguridad con la que habla el paisano del Presidente, quien reconoce que es un aspirante con desventaja por el tiempo en el que llegó a la esfera pública nacional, pero no tiene duda que López Obrador tampoco no tiene favorito o favorita. Entre líneas dice que la imagen que construyó hábilmente Claudia Sheinbaum de ser la “elegida” del Presidente es prefabricada.

Por cierto, este medio tabasqueño es el mismo con el que la exjefa de Gobierno explotó, al reclamar al reportero que la entrevistó de ser muy “violento” con sus preguntas.

@MarioMal

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