Emilio Lozoya y Marcelo Odebrecht eran más que simples conocidos y colaboradores; eran muy buenos amigos. El exdirector de Pemex, quien está siendo enjuiciado en México, y el expresidente de la constructora, quien estuvo dos años preso en Brasil, se hablaban con el cariño de dos entrañables amigos y cómplices.
Dentro de las pruebas que tiene la fiscalía brasileña y la mexicana figuran una serie de correos electrónicos que fueron enviados y/o respondidos por Emilio Lozoya, algunos de los cuales revelamos en su momento en esta columna. Unos con Marcelo Odebrecht y Luis Weyll, y otros con empresarios.
Uno de los delitos que se le imputan a Lozoya es el haber recibido sobornos por parte de Odebrecht para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Lozoya ha dicho que fue presionado por sus superiores para aceptarlos, pero los correos evidencian una relación de amistad y complicidad con los directivos de la constructora brasileña.
El 6 de agosto de 2014, Lozoya Austin expresa su pésame a Marcelo Odebrecht, entonces presidente de la constructora brasileña, por la “pérdida” de su abuelo, el fundador de la compañía.
“Querido Marcelo. Querido amigo. Desde México te mando mi más sentido pésame por la pérdida de tu querido abuelo Don Norberto Odebrecht. Ejemplo de emprendedor, ciudadano brasileño ejemplar, líder comprometido con sus trabajadores y comunidades donde la empresa trabaja... deja un legado extraordinario y seguirá presente de muchas formas. Recibe un abrazo muy afectuoso y solidario de parte mía y de mi familia. Emilio Lozoya”, concluye el correo.
Marcelo Odebrecht fue condenado a 19 años y cuatro meses de prisión -aunque sólo estuvo dos años encarcelado- por el pago de más de 30 millones de dólares en sobornos a funcionarios de Petrobras y por haber ayudado a construir una de las más grandes redes de corrupción de la historia, con alcance en 12 países, incluido México.
En sus distintas visitas a México, para firmar contratos o inaugurar obras, Marcelo Odebrecht se reunió con el presidente Enrique Peña Nieto, Emilio Lozoya y el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, actualmente preso en el Reclusorio Norte.
Otro de los correos, fechado el 13 de enero de 2014, fue enviado por el empresario Adrián García Pons, de la compañía Arendal, a Emilio Lozoya, con copia a Luis Weyll, director de Odebrecht México de 2010 a abril de 2017, año en el que huyó a Brasil para acogerse a los beneficios de la justicia brasileña como colaborador o delator.
García Pons es cofundador y directivo de Arendal, una de las mayores constructoras de gasoductos del país, socia de Pemex en varios proyectos como Los Ramones II, en consorcio con Odebrecht, la argentina Techint y Gasoductos de Chihuahua (filial de Pemex Gas). Fue uno de los empresarios que asistió a las reuniones para formar el “club del millón de dólares” que organizó Lozoya con ayuda de su mano derecha, Froylán Gracia Galicia.
“Emilio. Gusto en saludarte. Espero que todo bien. Te comento que a finales de la semana pasada sostuvimos reuniones entre Odebrecht y nosotros, llegando a acuerdos del Consorcio que se formaría. También el miércoles pasado sostuvimos una reunión ya como potencial Consorcio con Gasoductos de Chihuahua (GDC). Quisiéramos ambos, como Consorcio, ir a platicar contigo sobre nuestros acuerdos internos, así como plantearte ciertas inquietudes después de nuestra reunión con GDC. Luis (Weyll), a quien copio en este correo, sale a Brasil y está de regreso el fin de semana. ¿Tendrás tiempo de recibirnos el lunes 20? Nos adecuamos a tu agenda. Saludos, Adrián”, se lee en el cuerpo del correo.
La respuesta de Lozoya Austin llegó al día siguiente, el 14 de enero, con el siguiente mensaje, también con copia a Luis Weyll: “Hola Adrián. El lunes 20 no puedo, ya que salgo de gira toda esa semana, pero les pido lo vean con Alejandro Martínez Sibaja. Nos podrías ver la siguiente semana. Saludos”.
En enero de 2014, Alejandro Martínez Sibaja era director general de Pemex Gas y Petroquímica Básica. Según fuentes de Pemex, fue el principal artífice para que se le otorgara el contrato por 935 millones de dólares al consorcio Odebrecht-Techint- Arendal. Salió de Pemex tras la renuncia de Lozoya en febrero de 2016.
El agosto de 2017, durante una conferencia de prensa, Lozoya Austin aseguró desconocer a los funcionarios de Odebrecht y sólo admitió que conoció a Luis Weyll por “motivos de trabajo”. También descalificó las “confesiones” de los exfuncionarios de Odebrecht en Brasil. Dijo que para salvarse, los testigos protegidos pueden inventar declaraciones para incriminar a personas, tal cual lo está haciendo él en México bajo la figura del criterio de oportunidad.
Expertos en procesos penales aseguran que la historia que Lozoya ha contado a la Fiscalía General de la República, de Alejandro Gertz Manero, en aras de acceder al criterio de oportunidad, simplemente no cuadra.
“Lozoya sostiene que fue ‘instrumentalizado’ por un aparato de poder, que los sobornos recibidos tuvieron fines políticos y electorales, y que él se limitó a cumplir instrucciones. Lo único documentado respecto al destino de los sobornos es la compra de propiedades de lujo en la Ciudad de México e Ixtapa. ¿Fue acaso una ‘instrucción’ de las altas esferas del poder que adquiriera una casa de playa de 2 mdd con triangulaciones financieras que involucraron a su madre, hermana y esposa?”, dice un importante abogado penalista en México.
Por otro lado, Lozoya sostiene que Odebrecht fue la fuente de recursos para sobornar legisladores y aprobar la reforma energética.
“¿Odebrecht necesitaba la modificación de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, además de una veintena de nuevas leyes y modificadas para obtener negocios en Pemex? ¿Los millones de dólares (además de los 2 mil 688 millones de pesos de la reconfiguración de la refinería) obtenidos en contratos por Odebrecht en la gestión de Lozoya, tienen algo que ver con la reforma energética? ¿Por qué esta empresa, que tenía derecho de picaporte con Emilio Lozoya, habría de ‘financiar’ la aprobación de la reforma, si lo que se incentivó con las modificaciones legales fue la competencia y se le restó discrecionalidad a la toma de decisiones a Pemex?”, expone otro abogado.
Mucho trabajo tendrán que hacer la FGR y el gobierno federal, que está metido al 100% en el caso, para poder exculpar a Lozoya e inculpar a sus superiores y a otros exlegisladores sin que se levante como remolino la sospecha de un pacto político que terminó por enlodar el juicio más emblemático de corrupción de las últimas décadas.
Posdata
El lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador les leyó la cartilla a los enviados de la FGR que acuden a la junta del gabinete de Seguridad. “Dejen de estar abriendo tantos expedientes nuevos sin concluir los que ya tienen en curso”, les soltó con voz fuerte. “Terminen los casos de García Luna, de Lozoya, el de Ayotzinapa...”, les remarcó.
Y, los muchachos de Gertz Manero, todavía desmañanados, se preguntaron al salir por qué quiere meter al congelador investigaciones como la de Miguel Osorio Chong y otros prominentes priistas del sexenio de Peña Nieto.
¿Por un pacto de impunidad? Ya lo veremos.
@MarioMal
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