La discusión por la reforma electoral está cada vez más candente en vísperas del inicio de las negociaciones en el Congreso de la Unión. Con o sin interés legítimo y jurídico de por medio, diversos sectores de la sociedad han fijado posturas belicosas para “defender” a las instituciones como el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

La batalla por la desaparición o la permanencia del Instituto Nacional Electoral es la prioridad para el presidente Andrés Manuel López Obrador de cara al 2024. En Palacio Nacional apuestan a que van a sortear favorablemente la elección del Estado de México en 2023, con una Delfina Gómez que, si bien luce débil por sí sola, contará con todo el apoyo financiero del gobierno y del exadministrador de las Aduanas, Horacio Duarte , quien por cierto redactó la iniciativa de reforma electoral que está en la Cámara de Diputados.

Empresarios, Iglesia, organismos extranjeros y otros órganos autónomos toman parte de una discusión que no les corresponde, pero de la que quieren ser partícipes directa o indirectamente.

Las pifias cometidas por la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra , al criticar al INE y el presupuesto asignado al árbitro electoral han encendido nuevas alarmas por las violaciones al marco constitucional y la extralimitación de las funciones de la Comisión, las cuales son apenas el principio de la maquinaria que ha echado a andar el presidente López Obrador para impulsar su reforma.

La perspectiva sobre un nuevo INE en manos de personajes con ideología radical no es la más alentadora. Tampoco deja una buena perspectiva que la defensa del órgano electoral corra a cargo de una institución como la Iglesia, justo contra la que han luchado a lo largo de la historia varias huestes revolucionarias.

La balanza por el momento favorece al ánimo reformador. Los sondeos efectuados por el INE arrojan una tendencia de aceptación ciudadana a la desaparición del órgano como lo conocemos, para dar paso al Instituto Nacional de Encuestas y Consultas. También existe una mayoría de ciudadanos que ve con buenos ojos la elección de consejeros del nuevo INEC por medio del voto popular.

Pero la postura de los especialistas es que, de avanzar la reforma propuesta por AMLO, estaríamos ante una regresión del proceso democrático, con un partido preponderante que tendría la capacidad de perpetuarse por décadas para construir una nueva versión de la “dictadura perfecta”. No es coincidencia que en los últimos días el presidente haya incrementado las críticas contra el autor de ese concepto, el escritor peruano y premio Nobel, Mario Vargas Llosa .

El tamaño de la apuesta de López Obrador es tan grande que sus propios colaboradores han dudado sobre la pertinencia de seguir adelante. Uno de los redactores de la iniciativa, Pablo Gómez Álvarez , ha confiado a sus cercanos que el modelo electoral propuesto no es el adecuado para estos tiempos, y mucho menos lo son la serie de ilegalidades con las que se cabildea la aprobación de la propuesta entre las fuerzas políticas.

La recomendación que el titular de la UIF ha deslizado es la de esperar la salida del Consejo General de los dos integrantes más odiados por la 4T y quienes se han desgastado en la defensa del INE: Lorenzo Córdova y Ciro Murayama , lo cual deberá concretarse en los primeros meses del próximo año. Ellos son los “enemigos de la democracia”, le aseguran a AMLO, no el órgano autónomo que le validó su elección en el 2018.

Basta con elegir cuatro nuevos consejeros afines a Morena en abril de 2023 para controlar el órgano, quienes se sumarían a los cuatro que eligieron en el último periodo y que muestran cercanía con la actual administración. Si Morena se niega a concluir el proceso de selección en el Congreso, el Consejo General quedaría también en sus manos, con un total de siete consejeros que representan una reducción.

Al final no se necesita ser tan radicales para renovar al INE. La estrategia, sin embargo, es echar el toro (de la 4T) por delante.

Posdata

La cargada de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores , contra Ricardo Monreal parece que no va a hacer más que fortalecer al coordinador de los senadores de Morena. De entrada, el líder de los senadores perredistas, Miguel Ángel Mancera , ya lo propuso para abanderar la candidatura de la alianza opositora Va por México en el 2024.

Si bien a Monreal siempre se le ha visto como el morenista más proclive a encabezar una alianza opositora, ya sea con el PAN-PRI-PRD o bien con Movimiento Ciudadano, sus más cercanos aseguran que lo que realmente busca es la candidatura de Morena para la jefatura de Gobierno de la CDMX.

Esa es la razón por la cual Sansores –quien ya se decantó por Claudia Sheinbaum para la candidatura del 2024– busca dinamitarle el camino, no de la sucesión presidencial, sino de la de la Ciudad de México. La candidata de Sheinbaum es la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde , aunque sin duda el mejor posicionado ahora es el jefe de la policía, Omar García Harfuch . La candidata del presidente es la titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez . No obstante, Monreal puede mover las preferencias y colarse como el candidato de Morena. Esa es su apuesta.

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, Qatar 2022 y muchas opciones más.

@MarioMal