Si de último momento no cambian las cosas, este martes se dan a conocer los primeros peritajes de la investigación de la empresa noruega DNV sobre el trágico desplome del tramo elevado de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, el cual dejó 26 personas muertas y 79 heridas. Las pesquisas apuntan a errores básicos en la construcción y reparación, que involucran a las administraciones de Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, pero también a la de la actual jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, quien contra viento y marea decidió mantener a la directora del Metro, Florencia Serranía.
La ‘filtración’ de una parte de estas investigaciones —la cual repudió Sheimbaum el domingo que se publicó, pero al reconocerla hizo más notable el reportaje que golpeaba a su contrincante hacia 2024, Marcelo Ebrard— apunta hacia la falla estructural, la cual es atribuible a la empresa de Carlos Slim, Grupo Carso, la cual construyó el tramo que se desplomó, y a los funcionarios que otorgaron los contratos: al canciller Marcelo Ebrard y a su entonces secretario de Finanzas y hoy presidente de Morena, Mario Delgado.
Ayer publicamos que, según la información contenida en los peritajes, en oficios de julio de 2010 el calculista de la obra, el despacho Colinas de Buen alertó que Grupo Carso buscaba “ahorros en tiempo o dinero” y que había “diferencias en lo construido con respecto a lo proyectado.”
Con esto, el tema central de las investigaciones está basado en si Carso construyó las estaciones del Metro que se precipitaron sin el proyecto de los calculistas, y si los ahorros que hicieron terminaron por cobrar la vida de 26 personas el 3 de mayo.
Los peritajes también evidencian que el cúmulo de irregularidades con las que se concibió este proyecto se mantuvieron con Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum, sobre todo en los fallidos proyectos de ampliación de esta vía hasta la zona de Observatorio en la CDMX.
Y es que pese a la tragedia, el gobierno de Sheimbaum, impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, busca seguir con la ampliación de la obra, a pesar de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) alertó serias fallas en su construcción.
De mantener la ruta en la dirección actual de los túneles, estos ni siquiera llegarían al punto esperado en la estación Observatorio, por lo que el proyecto que se planeaba inaugurar en 2018 lleva tres años de retraso y muy probablemente no estará listo hasta 2023.
El problema de esta desviación, según la ASF, se le carga sobre todo a la administración de Mancera, debido a que las fallas se presentaron en trabajos realizados en diciembre de 2016 y fueron detectadas en la gestión de Sheinbaum hasta diciembre de 2018, 732 días naturales después del inicio de su ejecución.
Sin embargo, según los dichos del secretario de Obras y Servicios capitalino, Jesús Antonio Esteva, la obra mantendrá su camino a pesar del desvío e incluso del colapso que tuvo en su tramo elevado.
La francesa Alstom, que será de las proveedoras de los trenes del Tren Maya, se encargará de colocar los rieles y durmientes en los 4 kilómetros adicionales que tendría la ruta para llegar hasta la estación Observatorio.
Las acusaciones cruzadas entre Ebrard y Mancera, así como el fuego amigo de Sheimbaum hacia el canciller, y de este último contra el secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis, a quien acusó de haber estado a cargo de la construcción de la Línea 12, convierten a esta tragedia en una cuyo desenlace es de pronóstico reservado. ¿Será el punto de quiebre de la 4T y de dos de sus presidenciables?
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