El fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador reafirmó los postulados de su política de gobierno antineoliberal y fue más allá al decir que su movimiento trascendería al próximo sexenio. Frente a sus “corcholatas”y varias decenas de miles de sus fieles, AMLO dio por hecho que Morena va a ganar en 2024. 

En un contexto de volatilidad financiera en el mundo por la quiebra de bancos en Estados Unidos y Europa, y previo a haber participado en la convención anual de banqueros, el Presidente defendió sus proyectos multimillonarios como la refinería de Dos Bocas, criticada horas antes por Cuauhtémoc Cárdenas por el despilfarro de dinero que ha significado. Y también reafirmó su sueño de que México sea “autosuficiente” en su producción y consumo de gasolinas y petrolíferos, lo cual es prácticamente imposible.

Para contrarrestar ese discurso maniqueo en contra del neoliberalismo económico, la tecnocracia y el capitalismo, surgió un aspirante de la oposición que se destapó apenas la semana pasada: el exsecretario de Hacienda y excanciller con Ernesto Zedillo, José Ángel Gurría. 

Ante la falta de perfiles dentro de la alianza “Va por México” que puedan verdaderamente disputar la elección presidencial en el 2024, surge la posibilidad de que el candidato de la oposición sea alguien con capacidad de enfrentar las complicaciones económicas por las que atraviesa el país.

Aunque con un innegable origen priista, Gurría es principalmente recordado por haber sido quince años secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), desde donde reformó el sistema fiscal internacional y endureció las políticas en materia de combate a la corrupción.

Una eventual disputa en la boleta entre Gurría y l@s morenistas Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López sería una elección entre dos modelos económicos y de gobierno, los cuales llevarían por rumbos totalmente opuestos al país. 

El del tamaulipeco sería un modelo más enfocado a reformar la administración pública federal, para encaminarla a los estándares internacionales que ya implementó desde la OCDE, mientras que el de los morenistas busca continuar con el proyecto de AMLO que, si bien se ha enfocado a incrementar los programas sociales en apoyo a los grupos más vulnerables, ha menospreciado a la clase media trabajadora, que representa a cerca de 30 millones de mexicanos.

Es en ese escenario que la postulación del también exsecretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda en el sexenio de Ernesto Zedillo es un factor que rompe los esquemas, justo en un momento en el que se requeriría echar mano nuevamente de una estrategia para hacer crecer la economía y mantener condiciones estables de cara a la transición presidencial.

En el otro extremo, el modelo parece que seguiría enfocado en incrementar la capacidad de consumo de los más pobres y en tratar de que funcionen los megaproyectos estratégicos del sexenio y Pemex, para generar recursos que se vayan a los programas sociales.

Primero, José Ángel Gurría se disputaría la candidatura del PRI con otro perfil conocido por su apellido, aunque con poca trayectoria en el sector público: el extitular de Turismo en el sexenio pasado, Enrique de la Madrid. Por detrás estarían nombres como el de Claudia Ruiz Massieu, Beatriz Paredes, Ildefonso Guajardo, Miguel Osorio Chong, Alejandro Murat, Alfredo del Mazo y, hasta el final, el líder de ese partido, Alejandro Moreno.

Después deberá tratar de colocarse como abanderado del frente “Va por México”, con el PAN y PRD, partidos que además postularán candidatos propios —Santiago Creel por el lado del blanquiazul y Miguel Ángel Mancera del lado perredista—. También deberá competir con perfiles emanados de la llamada sociedad civil, donde figuran nombres como el de Gustavo de Hoyos.

En las postrimerías del siglo pasado, Gurría dejó a los mexicanos el concepto transexenal de que la “economía está blindada”. Hoy se encuentra con un país en el que el Presidente y el partido oficial solo quieren blindar una cosa: la sucesión del 2024. 

Posdata
El líder del Partido Verde Ecologista de México, Jorge Emilio González, enfrenta un problema de salud que ha tenido que atenderse en Houston, Texas, donde también tiene residencia. 

Recientemente se especuló que padece un cáncer de colón en etapa avanzada, pero fuentes que han hablado con él aseguran que no es así y que se recupera satisfactoriamente de un padecimiento en ese órgano. 

Hace unas semanas, el llamado “Niño Verde” pidió una audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien nunca se había reunido. El presidente lo recibió en Palacio Nacional por espacio de una hora.

No se sabe con exactitud los temas que trataron, pero además de los asuntos de salud, trascendió que hablaron de Quintana Roo, donde Jorge Emilio González sigue teniendo su feudo, y de su apoyo a la morenista Mara Lezama para obtener la gubernatura. También se abordaron las próximas elecciones en el Estado de México este año y las nueve gubernaturas de 2024, así como el relevo en la Presidencia de la República. El Partido Verde va en todas con Morena.


@MarioMal