El proyecto del Tren Maya avanza pese a la crisis económica y presupuestal que comienza a materializarse en empresas privadas y gobiernos.
Las dos primeras fases, adjudicadas a los consorcios encabezados por Mota-Engil y la constructora de Carlos Slim , respectivamente, fueron las más importantes en cuanto a recursos, pero el tercer tramo es el más polémico por los empresarios que lo pelean: Olegario Vázquez Aldir , Carlos Slim , Ricardo Salinas Pliego y Germán Larrea , cuatro magnates mexicanos cercanos a Andrés Manuel López Obrador –con excepción del accionista principal de Grupo México y Ferromex, el llamado rey del cobre–.
Se trata de la construcción de 172 kilómetros que van desde Calkiní, en Campeche, a Izamal, en Yucatán, y para la cual se apuntaron un total de 16 consorcios empresariales que se presentaron con propuestas técnicas y económicas. La más alta es la del Grupo México Infraestructura, de Germán Larrea, y el Grupo Acciona, con 17.23 mil millones de pesos; mientras que la más baja es la del consorcio encabezado por CAABSA, de Luis y Mauricio Amodio Herrera , con un oferta de 9.76 mil millones de pesos.
Precisamente este último consorcio está haciendo diligencias para quedarse el proyecto, argumentando que, en tiempos de crisis económica, su propuesta es la más atractiva para evitar que el costo del proyecto aumente. Sin embargo, sus dueños arrastran al menos un gran pecado: dejaron tirado el tramo del Tren México-Toluca que se les concesionó, que va del metro Observatorio a Santa Fe.
Pese a ello, los Amodio cabildean fuerte en Fonatur, a cargo de Rogelio Jiménez Pons , y con todos los funcionarios que puedan tener relación con este contrato; además, han echado a andar una estrategia de medios para que “se borren sus pecados” en caso de obtener algún nuevo contrato.
De los 16 consorcios, la mitad ya ha participado en las licitaciones de los dos tramos anteriores; es el caso del consorcio que encabeza la constructora de Carlos Slim, CICSA, y el de Prodemex, del empresario Olegario Vázquez Aldir, que también pelea fuerte este contrato.
La sorpresa, sin embargo, es que el consorcio que se perfila para quedarse con este contrato es ni más ni menos que el Grupo Indi (Gami), de Manuel Muñozcano , cuya propuesta económica fue la segunda más baja, con 10.20 mil millones de pesos.
La empresa de Muñozcano fue fundada en 1977 y es uno de los principales constructores de puentes urbanos en la Ciudad de México. Participó en la construcción del segundo piso del Periférico durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el entonces Distrito Federal; desarrolló la Línea 2 del Mexibús en el Estado de México y es la empresa detrás de la nueva sede del Senado de la República, en la CDMX, la cual tuvo un sobrecosto. Como toda constructora, no escapa a escándalos, aunque menos estridentes que otras que buscan quedarse con el tercer tramo del Tren Maya.
Grupo Salinas, de Ricardo Salinas Pliego, va en consorcio con la española Sacyr, con una propuesta de 10.46 mil millones de pesos. Sin embargo, la polémica generada alrededor de la operación de sus tiendas comerciales en plena emergencia sanitaria ponen demasiada presión al gobierno para entregarle un contrato para el que, por cierto, no tiene experiencia.
Este viernes se anunciarán a los ganadores, pero es casi un hecho que el contrato se lo quedará el Grupo Indi (Gami), de Manuel Muñozcano.
Despilfarro en la ASE de Puebla
Y mientras el presidente López Obrador llama desde la mañanera a evitar despilfarros y practicar la austeridad republicana, abundan en el país personajes morenistas que se resisten a dejar atrás los tradicionales lujos de la función pública. Está el caso, por ejemplo, del Auditor Superior del Estado de Puebla, Francisco Romero Serrano , quien decidió regalar a colaboradores y amigos de la ASE unas ostentosas agendas grabadas en curpiel, con costo de 420 pesos cada una, y todo con cargo al erario público.
Según el contrato CIR/007/DIC/DGA2019, firmado por el propio Romero Serrano, se adquirieron como mínimo unas 300 agendas con las mencionadas características; esto, para hacerlo todavía más extraño, a una compañía de nombre Deustomex Servicios Comerciales, S.A. de C.V., la cual aparece en el Padrón de Proveedores del Gobierno del Estado de Puebla como una empresa dedicada al “comercio al por mayor de maquinaria y equipo para la construcción y la minería”.
@MarioMal
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