Uno de los argumentos de Andrés Manuel López Obrador para cancelar el aeropuerto de Texcoco –además de su fastuosidad y que altos funcionarios del sexenio pasado compraron los terrenos aledaños para poner negocios– fue que se iba a cerrar el actual aeropuerto capitalino. “Querían hacer una especie de Santa Fe”, aseguró, y de paso buscarían cerrar también la base militar de Santa Lucía.
A casi cuatro años de esa decisión y a poco más de cuatro meses de la inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles, el presidente López Obrador también quisiera cerrar –aunque sea temporalmente– el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Lo detesta porque ni las aerolíneas ni los pasajeros quieren volar en Santa Lucía, simplemente porque no hay vialidades, conectividad ni servicios de hotel, restaurantes o tiendas para los pasajeros.
El Presidente no soporta el AICM ni a la clase media “aspiracionista” que lo usa. Lo quiere cerrar, aunque sea por partes, empezando por la Terminal 2 donde vuela principalmente la aerolínea a cuyos directivos y accionistas mexicanos considera adversarios de su gobierno: Aeroméxico. “En la Terminal 2, además de la mala calidad del suelo, no hicieron el trabajo de cimentación adecuado, es para ordenar una auditoría técnica administrativa”, soltó.
El Presidente tronó contra el AICM porque hace unos días le reclamaron por la existencia de un bache en una de las pistas de la T2, lo que ocasionó el cierre por horas y el retraso de vuelos, incluyendo uno en el que viajaba él y que tuvo que dar una vuelta en el espacio aéreo de la capital antes de aterrizar. Se molestó porque el piloto dijo que había un “cráter”, pero era un bache.
A partir de entonces ha amagado con cerrar la T2 para supuestamente repararla. “Una posibilidad es hacerla de nuevo porque es una falla estructural grave, hay hundimientos diferenciales, y lo otro es apuntalarlo", dijo.
De enero a junio de 2022 la T2 movió a 9 millones 97 mil pasajeros, el 43% de todos los viajeros del AICM. En ese mismo periodo también movilizó 62 mil 861 toneladas de carga, que representan el 23% del transporte de mercancías en el aeropuerto capitalino. La concesión para operar las dos terminales en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México data de 1998. La T2 se consideró en julio de 2005, cuando se proyectaba su construcción. La concesión es por 50 años y vence en 2048.
Aeroméxico sería la aerolínea más afectada por el cierre parcial de la T2. Es su centro de operaciones y su única opción –dado que la T1 está saturada– sería el Aeropuerto Felipe Ángeles, donde recientemente cerró su ruta a Villahermosa, Tabasco, luego que este vuelo tuviera operaciones con cuatro pasajeros y una ocupación promedio de 23 viajeros por vuelo. En sus primeros dos meses de operación el AIFA no logró superar el número de pasajeros que moviliza el ACIM en un día.
Como lo revelamos el 20 de junio, la subsecretaría de Transporte de la SICT inició negociaciones con empresas privadas para que se queden una participación minoritaria del AICM a cambio de inyecciones de capital para mejorarla. Al parecer esas pláticas fueron fallidas, no porque no hubiera interés de un grupo en particular, sino porque la instrucción de Palacio Nacional es que se quede como está… y está mal.
Posdata.
Aunque parezca que las investigaciones judiciales contra el expresidente Enrique Peña Nieto van en serio, en Madrid se respira tranquilidad. No porque no interese atender el tema –el exmandatario ya contrató los servicios de abogados–, sino porque asegura que todo puede probarlo y aclararlo. También se afirma que nunca ha intercambiado una sola comunicación telefónica con el presidente López Obrador desde que salió del gobierno. Que la última vez que lo vio y habló con él fue en la transición, aunque sí ha recibido mensajes de interlocutores. Y que tampoco hubo “pacto de impunidad” con AMLO. “Fue un invento”.
@MarioMal