El futuro político de Ricardo Monreal comienza a definirse esta semana, con el rechazo o congelamiento del llamado Plan B del presidente Andrés Manuel López Obrador para la reforma electoral.
Si bien el coordinador de Morena en el Senado ya dijo que van a “corregir” los errores que traía la minuta y la devolverán a la Cámara de Diputados, sigue teniendo la presión del Ejecutivo para que se discuta a la brevedad, este lunes, y pase el martes al pleno para que sea votada.
Los cabildeos con el presidente de la Jucopo se intensificaron durante el fin de semana; de aprobarse la iniciativa de reformas legales que llegó de la Cámara de Diputados, Monreal podría poner en riesgo la oferta que le han deslizado los alcaldes de oposición en la capital, para impulsarlo como candidato de la alianza Va por México para la jefatura de Gobierno de la CDMX.
Tampoco es que la propuesta sea del todo atractiva para el senador, cuyas aspiraciones apuntan a una posición todavía más alta: a la Presidencia de la República. No obstante, en la alianza se tiene claro que el único perfil morenista al que extenderían una invitación para su máxima candidatura se encuentra hoy en día en la Cancillería.
En este escenario, Ricardo Monreal deshoja la margarita, convencido de que la red de alianzas que ha tejido a largo de los años le otorga importantes ventajas en cualquier tipo negociación; “él solo es casi un partido político”, dicen sus colaboradores, y también algunos detractores, en referencia al poder que ha acumulado.
Pero también el zacatecano está consciente, o por lo menos debería estarlo, de que camina sobre un terreno lleno de minas, muchas de las cuales él mismo ha sembrado por sus debilidades propias como político. La alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, no es el único perfil que, bajo su propio riesgo, Monreal ha decidido impulsar.
Sobre él pesan las acciones también de Bennelly Jocabeth Hernández Ruedas, actual diputada de Morena. Hablamos de un perfil que surgió de los concursos de belleza en su natal Zacatecas y que ha acompañado al senador en sus distintas posiciones; por ejemplo, fue directora de Desarrollo Social de la delegación Cuauhtémoc y directora de Servicios Administrativos en el Senado.
Benelly Hernández saltó a la fama en julio de 2015, cuando fue detenida por elementos de la Policía Federal en el Aeropuerto Internacional de Tapachula. Pretendía tomar un vuelo privado rumbo al aeropuerto de Toluca con un millón de pesos en efectivo.
También dentro del grupo de perfiles impulsados por Monreal está Verónica Hernández López de Lara, actual titular de la Secretaría de Administración del gobierno de David Monreal en Zacatecas, encargada de adjudicar los contratos más onerosos en el sector público estatal.
A la exdiputada local en Zacatecas Monreal le consiguió un puesto en la Auditoría Superior de la Federación, con la ayuda de David Colmenares. En ese órgano se desempeñó hasta septiembre de 2021 como directora para América Latina y el Caribe.
Así que las fortalezas de Ricardo Monreal son tan grandes como sus vulnerabilidades y su futuro es confuso: entre la tentación de usar su capital político para obstaculizar los objetivos de la Cuarta Transformación o alinearse a los deseos de su todavía líder moral.
Posdata
El relevo en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sigue siendo una incógnita. La apuesta del saliente presidente Arturo Zaldívar es Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y la del presidente López Obrador es Yasmín Esquivel, apoyada a su vez por el exconsejero Jurídico, Julio Scherer. El problema con el primero es su cercanía con viejos políticos del PRI y el PAN, mientras que para Esquivel su cercanía a AMLO. Interesante será ver el sentido de los votos de los otros ministros propuestos por el presidente: Margarita Ríos Farjat, Juan Luis González Alcántara y Loretta Ortiz.
@MarioMal