Andrés Manuel López Obrador designó a Jorge Nuño, jefe de la Unidad de Inversiones de Hacienda, como el encargado de aprobar o desechar los proyectos de inversión en infraestructura que presentó el lunes en Palacio Nacional la Iniciativa Privada (IP). A pesar de que la participación del gobierno será mínima, el Presidente condicionó a los empresarios a que el plan se enfoque a los estados más rezagados económicamente y fue más allá: deben tener conexión con sus cuatro proyectos estrella y sus programas sociales.
Para hacer cuadrar los caprichos del Presidente con las propuestas de los empresarios, Jorge Nuño trabaja en el diseño del plan, que será de 200 mil millones de pesos en cerca de 100 proyectos, la mayoría de infraestructura carretera, portuaria, hidráulica, ferroviaria y algunas concesiones. Donde chocan con pared, tanto los empresarios como el propio jefe de Inversiones de Hacienda, es con el sector energético. La secretaria Rocío Nahle y el director de la CFE, Manuel Bartlett no sólo no quieren nueva inversión privada, si no que quieren echar a los que tienen contratos.
Los empresarios creen utópicamente que el plan de inversión por 100 mil millones de dólares que propusieron el año pasado al gobierno federal puede avanzar, pero la realidad es que el presidente es casi igual de radical que Nahle y Bartlett en cuanto a la participación de la iniciativa privada en el sector energético, por lo que difícilmente se podrán sacar nuevos proyectos. Al menos no los de gran calado.
Jorge Nuño trabaja en coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de Energía, de Economía, del Bienestar y con el Coordinador General de Programas Integrales de Desarrollo para afinar el plan, todo con la última palabra que dará el presidente López Obrador a más tardar el fin de semana, para que sea anunciado el lunes en la conferencia matutina.
Esta fue la razón por la que el lunes, a su salida de Palacio Nacional, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar, y el del Consejo Mexicano de Negocios, Antonio del Valle, no pudieron dar información relevante a los medios de comunicación. Ambos desconocen cuáles serán los proyectos que aprobará el Ejecutivo. Y es que más allá de su viabilidad y posibilidad de reactivar más rápidamente la economía, se seleccionarán conforme a los intereses del Presidente.
Vale la pena analizar el perfil del hombre de confianza del presidente para hacerle cuadrar el plan de inversión privada. Jorge Nuño es un egresado del ITAM que trabajó en la Secretaría de Hacienda en el sexenio de Felipe Calderón. Fue el encargado de dirigir los proyectos de Hidrocarburos en la Unidad de Inversiones; previamente trabajó nueve años en la Secretaría de Energía, también durante el paso por esa dependencia del expresidente.
Entre sus logros, presume la instrumentación de la reforma energética de 2008 en materia de inversión. Con el gobierno de la 4T debe estar frustrado por la contrarreforma que planteó el presidente López Obrador y con la política energética de Rocío Nahle.
Tras su paso por la administración pública, fundó el despacho privado Alternativa Económica Consultores, del cual se ostenta como CEO. Junto con otro exfuncionario de Hacienda en el sexenio de Felipe Calderón, Héctor López Leal, se dedican a dar consultoría en proyectos y planes de inversión en los sectores público y privado.
Se podría alegar un conflicto de interés entre quien, por un lado, asesora a empresas en proyectos públicos y privados, y por el otro, aprueba o desecha los que propusieron empresarios al Presidente para reactivar la economía.
Pero en la 4T todo es posible, y lo que no, se niega y se le da vuelta en la mañanera.