El pensamiento binario del presidente Andrés Manuel López Obrador ha alejado a muchas personas que le abrieron puertas y le ayudaron a trazar su camino dentro de la política. El ejemplo más reciente es el del fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, a quien consideró su adversario, luego de que circulara su nombre como integrante del movimiento denominado “Punto de Partida”, que califica al gobierno federal de omiso y autoritario.
López Obrador no estaba enterado de que el líder moral de la izquierda mexicana se había desmarcado del proyecto. A todo aquel que le preguntaba sobre el contenido de la propuesta, Cárdenas deslizaba la misma respuesta: “Ya no formo parte”. El viernes pasado revelamos en este espacio que el ingeniero negó ser integrante del colectivo, por lo que no estaría presente en su lanzamiento, este lunes 30 de enero.
El ingeniero dejó correr el tiempo sin desmarcarse del colectivo, el cual usó su nombre como punta de lanza para su presentación al lado de políticos como el priista Francisco Labastida y el fundador de MC, Dante Delgado. Los principales oradores e integrantes del movimiento aseguraron que durante el año que se estuvo elaborando el proyecto, el fundador del PRD participó activamente. Más aún, el documento presentado está basado en el libro “Por una democracia progresista”, publicado por Cuauhtémoc Cárdenas a finales del 2021.
Sea como sea, el Presidente fue implacable con el ingeniero, sin el cual López Obrador muy probablemente no se habría consolidado como líder de izquierda. “Si él asume una postura de este tipo, es mi adversario político”, dijo. Y luego matizó: “Lo estimo mucho, lo respeto, lo considero precursor de este movimiento, pero estamos viviendo en un momento de definiciones y esta ancheta está muy angosta, no hay para dónde hacerse, es estar con el pueblo o con la oligarquía. No hay más. No hay justo medio”.
Como suele suceder, López Obrador no tenía toda la información al momento de emitir sus comentarios, en este caso sobre el ingeniero Cárdenas. Y lo quemó en leña verde como hace con quienes no acompañan ciegamente su proyecto: o están con él o contra él. Todo esto sin importar que el hijo del líder moral de la izquierda, Lázaro Cárdenas Batel, despacha en una oficina contigua a la del presidente en Palacio Nacional.
Cárdenas Batel inició el sexenio como jefe de Asesores de López Obrador. Con un perfil bajo, ha sido el encargado de la elaboración de proyectos y asesoría a la Presidencia de la República para la toma de decisiones. El exgobernador de Michoacán también opera temas políticos y empresariales, y de vez en cuando articula estrategias para atajar las recurrentes crisis que explotan al interior del gobierno. Para ello se debate con el vocero Jesús Ramírez –a menudo el artífice de los arrebatos del Presidente cada mañana– y el secretario particular, Alejandro Esquer.
Cárdenas Batel ha sido leal a López Obrador, con todo y que, como la mayoría de los integrantes del gabinete y colaboradores cercanos, no está de acuerdo con todas las políticas y la forma unilateral de gobernar del Presidente. En cuatro años no ha pedido ningún otro cargo, pero la inminente salida de Octavio Romero de la dirección de Pemex este año le abre la oportunidad que ha estado esperando.
La figura de otro Cárdenas, el general Lázaro, será protagonista este próximo 18 marzo, cuando se conmemora el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera. El presidente López Obrador ya anunció un megafestejo en el Zócalo capitalino, en respuesta a la nueva manifestación en defensa del INE, convocada por organizaciones ciudadanas para el 26 de febrero.
Y todo esto –la malentendida defensa de la soberanía energética– en medio de las consultas solicitadas por Estados Unidos y Canadá por las violaciones al TMEC en materia de electricidad e hidrocarburos.
Posdata
El revés que dio ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la llamada “Ley Nahle”, con lo cual se impide a la secretaria de Energía competir por la gubernatura de Veracruz en el 2024, también le abre la puerta a Rocío Nahle en Pemex. La desventaja es su eterno enfrentamiento con Octavio Romero, quien buscará ser gobernador de Tabasco y dejar a alguien de confianza al frente de la petrolera.