Parece que fue ayer…. cuando Mérida te vio nacer, como digno heredero de la trova yucateca; tierra blanca de grandes hombres compositores e intérpretes que dieron contenido al amor, la pasión y las costumbres de un pueblo enamorado de su magia y belleza. Te tocó oír y revivir desde luego la época de oro de esa trova, encabezada por Guty Cárdenas, Ricardo López Méndez (el vate) y Antonio Méndez Bolio, enriquecida luego por Ricardo Palmerín y otros grandes cantantes y músicos, todos ellos románticos por naturaleza y nostálgicos por obligación.

Seguro también fuiste influenciado por los ritmos de la época, encabezados por el bolero, y seguido por el bambuco, la clave, la danza, la jarana, el pasillo y el joropo, de los cuales te quedaste obviamente con el bolero, al que le diste tu alma y corazón de por vida. Adoro… la forma en que compusiste más de 400 canciones. No… te digo que no sé cómo lo hiciste, tanto talento concentrado en ese cuerpo de hombre-niño o de niño-hombre que te caracterizó por siempre; creo que tu grandeza está en tu mente, en tu cerebro, en tu corazón, capaces de crear una canción, un poema o un verso a la menor provocación de tus muchas musas.

Somos novios… les decías a ellas con gran Felicidad…, tu amiga a la que volvías a encontrar una y otra vez, pues tu espíritu transparente te hizo ser un enamorado del amor, sin ninguna limitación o rubor. No importaba su nombre, su belleza, ni su edad, simplemente estabas enamorado de la mujer a la que elevaste a las alturas para susurrarle Mia… nunca te olvides, sigues siendo mía…. A veces creí verte en tu restaurante favorito con una de tus musas a la que le cantabas Contigo aprendí…. al tiempo que rozabas su rodilla Por debajo de la mesa…. provocándole una fuerte sensación de deseo y satisfacción al mismo tiempo, pero al abrir los ojos vi que no eras tú, era yo quien se había transformado en un romántico enamorado al oír tus canciones, pues tenías ese don, de convertir -aunque fuera por un momento- a un simple hombre en un enamorado para dicha de su mujer.

No se Tú…. pero muchos hombres hemos pasado hermosos momentos oyendo tus canciones junto a una mujer, por lo que te debemos eso. En especial, aquel presidente centroamericano que logró casarse con una bella mujer en Miami, a pesar de todos sus pecados y horrores, y que confesó haberla conquistado con tus canciones, por lo que te contrató para que cantaras en su boda, no fuera a ser que la dama se arrepintiera. Creo que hasta el día de hoy viven juntos, no sé si felices, pero juntos, recordándote al ver las fotografías o acaso el video de aquella ocasión. O que tal el ingrato de Luis Miguel, que utilizó tu talento y canciones no sólo para hacer más fama y dinero, sino para lucrar con el romanticismo que tú le transmitiste en esas dos joyas musicales de “Boleros”, con las cuales deslumbra y seduce aún a cuanta mujer se deja, sin siquiera sonrojarse cuando las vota.

Tuve la oportunidad de verte en persona una sola vez, en aquella noche en que la OEA te rindió un digno homenaje en Washington D.C., en cuya cena hiciste vibrar a nuestras mujeres del continente con tu música y plática romántica, qué más. Recuerdo que en algún momento una colega se acercó a mi mesa, emocionada, y me preguntó si así éramos todos los mexicanos y le dije que sí, qué más.

Entonces me dio un beso apasionado y dijo: No es nada personal… simplemente estoy enamorada esta noche. Recuerdo también que esa noche contaste pasajes de tu vida, junto a tu esposa Laurita -como le decías de cariño-, con gran versatilidad, ingenio y humor, pues igual eras un excelente conversador y nos hiciste reír a todos, especialmente cuando mencionaste que habías sufrido mucho con la separación de tus papás y que a diario les preguntabas por qué, hasta que un día te dijeron ambos “cuando crezcas lo entenderás…. Y ya ven nunca lo entendí”.

Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú…. aunque queda tu legado, tu recuerdo, tus canciones que estoy seguro seguirán enamorando a medio mundo, pues tu música traspasó fronteras, idiomas y credos y, sobre todo, quedará en los corazones de los enamorados, con lo que el universo continuará siendo esencialmente romántico, a pesar de las guerras, a pesar de las pandemias y a pesar del hombre mismo que insiste en acabar con todo, aunque sin saber que el amor perdurará por siempre.

Voy a apagar la luz…. por un momento y así oír tu voz en la imaginación, donde revivo una a una las estrofas de tus canciones, siempre ligadas al amor, a la mujer, sin sufrimientos ni peleas que ofenden a los amantes de verdad. Tengo…. por lo menos 400 razones para estar enamorado si me supiera todas tus canciones, pero me conformo con una en este momento de alegría y nostalgia por tu partida, aunque estoy cierto que no te quedó nada por decir, quizá algunas cosas por hacer, pero no te preocupes, ya tienes un lugar en el corazón de todo México, de todo el mundo, que te aclamó y aclamará por siempre.

Tus últimas palabras seguramente fueron “ahí les voy”, cuando viste a Yum Kimil, el dios de la muerte en la mitología maya, merodear por tu cama; sin embargo, tus gritos fueron insuficientes para ahuyentarlo, como dice el Popol Vuh, e iniciaste tu viaje de retorno al inframundo, lugar al que se va después de la vida terrenal, y donde te esperaba ya el padre de todos los dioses mayas Hunab Ku, junto a Ixchel, la Diosa del amor, quien con ansias te pedirá escribir un nuevo capítulo de amor, ahora en el cosmos maya, donde serás declarado el Dios del romanticismo -con la aprobación de Hunab Ku-. Así, la nueva representación de Ixchel -recordada como una mujer, cargando una jarra, derramando agua sobre el universo- será renovada contigo al lado, derramando juntos notas musicales sobre la humanidad.

Estimado Armando, No sé por qué, pero te extraño…. siento que eres el último romántico de México y me temo que nadie te sucederá ni ocupará tu puesto, por más que se busque, pues vivimos en una época diferente, donde la mayoría sólo busca placer por el placer mismo, sin mediar cortejo, romance ni seducción. Quedamos sólo algunos románticos empedernidos que, junto a tus canciones y música de autor, seguiremos insistiendo en el amor como forma de vida y también de muerte, pues a veces la muerte es también un gesto de amor, como el tuyo, sin reclamos ni peleas.

Descansa en paz hombre – niño en el viejo cosmos maya, donde seguramente los creadores escribirán un nuevo capítulo en el libro sagrado del Popol Vuh dedicado a tu memoria.

Politólogo y exdiplomático.

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