Aunque el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) ha prohibido inexplicablemente a varios miembros de MORENA y su candidata a la jefatura de gobierno, Clara Brugada, cualquier mención o referencia a su contrincante del PRIAN, Santiago Taboada, con el cartel inmobiliario de la CDMX -tan real y verdadero, como que hay varias investigaciones abiertas y cerca de 20 detenidos-, el hecho no deja de ser tan sorpresivo, como sospechoso y de dudosa finalidad.
Y es que, según el IECM, ante “la probable vulneración a los principios de imparcialidad, neutralidad y equidad en la contienda, así como calumnia y propaganda negativa por diversas publicaciones en redes sociales realizadas por servidores públicos y otras personas, de las que se desprenden expresiones con contenido presuntamente calumnioso y negativo como “Cártel Inmobiliario”, “Cártel de la Corrupción”, así como expresiones denostativas sobre la posible constitución de las conductas delictivas, tales como “Santiago Tajada” y “Santiago Tajada candidato de las mafias”, el ente decretó la procedencia de medidas cautelares a favor de Tajada, quiero decir, de Taboada.
Primero, lo sorpresivo del caso si comparamos todo lo que sucede en la elección federal por la presidencia de la república, donde el INEineficiente no ve ni escucha todo lo que pasa en la guerra sucia de la oposición (PRIAN), donde se han emitido millones de bots, así como gastado una millonada en contra de AMLO y su movimiento, sin que el ente diga algo. Tampoco los llamados de algunos actores políticos y analistas, azuzando con la guerra sucia, todo por apoyar a su candidata, que no levanta ni con viagra. En cambio, a la primera solicitud de la ganga para prohibir cualquier referencia sobre Taboada y el cartel inmobiliario, el IECD reacciona iracundamente -quizá también ofendido- pues no hay manera de comparar fresas con crema y camotes fritos.
Y por fresas con crema quiero decir apenas una frivolidad del solicitante, de sensible piel, pues le molesta que lo llamen de esa manera y vinculen con un hecho de corrupción probado, donde pronto deberá dar cuentas. Y camotes fritos, donde todos los días la guerra sucia de la oposición del PRIAN pasa desapercibida para el INEficiente, sin escuchar el silbato del carrito y la voz del vendedor que anuncia así su mercancía: “hay camotes fritos”.
Segundo, lo sospechoso. Será que para la elección federal el INEficiente medirá de una forma y para la elección local el IECD medirá con otra vara. O será que los consejeros del IECD están decididos a que gane la ganga inmobiliaria en la capital por alguna o algunas razones obscuras que hay detrás. Eso explicaría todo, aunque lo complicará a la hora de contar los votos, con dos varas diferentes. De cualquier manera, ambas varas protegen la campaña sucia del PRIAN, así como a presuntos delincuentes de la ganga inmobiliaria. Muy preocupante a estas alturas de la contienda.
Tercero, la dudosa finalidad de la decisión del IECM de silenciar a la candidata de MORENA a la capital y a otros mandos del partido me lleva a concluir sólo una cosa: el IECM, como árbitro electoral no está siendo imparcial, neutral ni equitativo y tal parece que también toma partido, pues a todas luces su decisión favorece a la ganga inmobiliaria. Y eso es sin duda un peligro a la hora de contar los votos. De paso, el hecho mismo que Taboada haya solicitado ayuda de ese nivel de especificidad, que raya en un capricho o frivolidad electoral al IECM, habla de cierta confianza o certeza de que el ente está a su favor.
Mi conclusión es que la derechiza está concentrando todos sus esfuerzos en la elección local, luego de haber aceptado que a nivel federal su candidata no da para más. Entonces, buscará por todos los medios arrebatar la victoria a Clara, incluyendo el fraude electoral con el contubernio del IECM, que ya dio el primer paso: proteger a su candidato.
A propósito de la palabra ganga, ésta tiene distintos significados, pero me centraré en la que hace derivación del vocablo inglés “gang”, referente a la organización de personas -comúnmente jóvenes- con el objetivo de cometer acciones criminales, defender su territorio y competir por el poder.
Por ejemplo, en Estados Unidos, y particularmente en el estado de Texas, durante mis rutinarias visitas a los connacionales en prisión -como cónsul de México- entendí el concepto de gangs, cuando algunas veces se cancelaban esas visitas por peleas al interior entre los diferentes grupos raciales, que incluían no sólo golpes, sino ataques con armas blancas, que incluso ocasionaban muertes de reclusos. Ahí estaban los grupos de blancos, negros y latinos o mexicanos -
identificados en el argot como “gangs”-, cuyo primer objetivo era la supervivencia. La picardía mexicana llevó a deformar la palabra “gang” a “ganga” o “ganga mexicana”.
Recuerdo que varias veces traté de platicar con un preso mexicano, identificado como jefe de la ganga mexicana en una prisión de máxima seguridad, pero siempre que llegaba, las autoridades me decían que estaba castigado por mal comportamiento. Pacientemente esperé el día en que no estuviera recluido en una celda de castigo para hablar con él, pues había trascendido una feroz batalla al interior de la prisión en la que su nombre salió a relucir.
Cuando llegó el momento, vi con sorpresa y nerviosismo cómo dos guardias de casi dos metros y más de cien kilos traían al connacional, uno de cada lado, sujetándolo del brazo, quien además venía esposado de pies y manos, ante su peligrosidad, de poco más de 1.90 metros y 100 kilos y músculo, pues su única actividad recreativa era hacer pesas durante las dos horas diarias de recreo en el gimnasio. Inclusive, lo metieron en otra jaula individual, donde, por una rendija, le quitaron las esposas de las manos, quedando de frente hacia mí.
Mi primera reacción no fue de miedo, sino de respeto, al momento en que lo saludé y me sonrió tímidamente, poniendo al descubierto una enorme ventana en su dentadura por donde supongo, también respirada durante las múltiples batallas con sus contrarios. Me contó su vida en un par de horas y entendí porque se había convertido en el jefe de la ganga mexicana: era un líder nato, tanto para lo bueno, como para lo malo. Cuando me despedí, le dije que se portara bien y que lo vería en la otra. Me contestó: “ya no habrá otra, señor cónsul, así que adiós”.
Al contrario del connacional, Taboada no es ningún líder -ni para lo bueno, ni para lo malo-, pues requiere que lo ayuden y protejan para sobrevivir, ya sea la ganga del PRIAN o bien, ahora la ganga del IECM. Aunque en algo se parecen: los dos tienen cara de pillos. Bien podría este último solicitar ahora al comprensible IECM el uso de una máscara.
Mario Alberto Puga
Politólogo y exdiplomático