Luego de la elección intermedia de 2021, la oposición (PRIANRD) sorprendió en la ciudad de México con el triunfo en 9 de las 16 alcaldías, donde nunca quedo claro el motivo de la derrota de MORENA. Se habló de una excesiva confianza, falta de trabajo, malos candidatos y hasta de traición por parte de algunos dirigentes que, enojados por las decisiones del partido, apoyaron a otros personajes. Ahí está el caso de Sandra Cuevas en la alcaldía Cuauhtémoc que ejemplifica todos esos motivos.
Sin embargo, y sin tener datos duros que lo comprueben, me parece que el verdadero motivo de la derrota fue que las huestes morenistas no salieron a votar, quizá por la excesiva confianza, pero que, en el fondo, demostró un error imperdonable. El resultado fue la división de la ciudad en dos polos, que ha incrementado las diferencias políticas y sociales entre ambos extremos. Me pregunto si para esta elección MORENA habrá aprendido de la derrota, pues parece vital retomar el territorio perdido, no solo por la importancia de las plazas, sino por el significado político de gobernar el centro neurálgico del país.
En principio, yo diría que sí, pero tengo mis reservas. Si bien existe una diferencia importante entre Clara Brugada y Santiago Taboada, entre 10 a 20 puntos porcentuales, que podría adelantar el triunfo de ella, no estoy seguro de que eso pudiera suceder en todas las demarcaciones opositoras. Es decir, es muy probable que Clara gane la jefatura de gobierno, pero no creo que recupere las 9 alcaldías o, por lo menos, buena parte de ellas, a menos de que se trate únicamente de una cuestión de números, donde el partido estará obligado a garantizar el voto masivo de sus miembros y simpatizantes para retomar el control en esas demarcaciones.
Y aquí vienen mis reservas.
Primera, la elección de Clara no dejó satisfechos a algunos, pues a pesar de haber quedado por debajo de su contrincante Harfuch, según las tres encuestas internas, se vio beneficiada con el tema de género impuesto por el INE, que la hizo vencedora de la contienda. Si bien, el partido pudo maniobrar en favor de Harfuch, dejó que las cosas se dieran de esa forma ante la presión de la línea dura, que siempre vio con duda la participación del súper policía, sin sopesar su popularidad entre la clase media, vital para recuperar el viejo oeste de la ciudad.
Segunda, no tengo duda de la capacidad profesional y honestidad de Clara, viniendo de la misma universidad (UAM) que el suscrito; al contrario, creo que ella es la indicada para gobernar la ciudad de México, siguiendo la tendencia y el tiempo de las mujeres, pero, sobre todo, por la calidad moral de su contrincante -supuesto integrante del cartel inmobiliario-, aunque creo que tendrá que hacer mucho más de lo necesario para recuperar las alcaldías opositoras. Desde cambiar su discurso y mejorar su imagen -ahora a clasemediera-, hasta elaborar propuestas atractivas para esa clase media, pasando por ganar los debates e ir al propio espacio del contrario y arrebatarle votos. Para ello, Clara cuenta con el carisma, presencia e imagen que su adversario no tiene -y que intenta obtener a base de puro papel en las calles-. Habrá que explotar más esos atributos y llegar al sector femenino, clave en esta elección, por ser mayoría del total de votantes.
Tercero, no conozco bien a bien a los candidatos de MORENA a esas alcaldías en manos de la oposición, pero creo que debe ser gente integra y parte de esa misma comunidad que conoce y la reconoce, donde el empuje de Clara y Claudia tendrían un efecto positivo en el voto a favor.
Finalmente, creo que el factor Harfuch debe aún jugarse, ya sea como eventual fiscal de la CDMX, en un probable triunfo de Clara o bien, como secretario de seguridad ciudadana en el triunfo de Claudia, ante los buenos resultados obtenidos como jefe de la policía capitalina que todo mundo reconoce, especialmente, la clase media.
La historia relata que la vieja Tenochtitlan fue fundada por tribus nahuas, provenientes de Aztlán, un 13 de marzo de 1325, en un relato épico y místico, guiados por su Dios Huitzilopochtli, hacia donde fuera encontrada un águila, devorando una serpiente, siendo el lugar la parte lacustre occidental del lago de Texcoco que, a la postre, se convertiría en una de las ciudades más importantes de la época y cabeza del poderoso Estado mexica. Su caída en 1521 a manos de Cortés y las tribus enemigas de los mexicas, con todo y su emperador Cuauhtémoc, dieron paso a la dominación española de tres siglos.
Me gustaría que los mexicas de hoy (morenistas) defendieran como nunca el territorio perdido de la nueva Tenochtitlan a manos de los nuevos conquistadores (prianredistas), a fin de refundar la ciudad sagrada bajo nuevos principios, donde la nueva Tenochtitlan se convierta en la primera ciudad sustentable, con agua en abundancia sobre los muchos canales subterráneos que la recorren; donde todo mundo tenga conexión a las estrellas e internet; estudie en sus múltiples Calmécac y Tepochcalli (escuelas para la clase alta y baja mezcladas para acabar con la polarización, al igual que el Cuicalcalco (centros para las artes), que difunda la cultura ancestral de México; trabaje y desarrolle las muchas actividades y oficios en beneficio de la ciudad, desde la agricultura, la caza y la pesca para el autoconsumo; florezca el comercio ordenado en sus calles y avenidas; y no cree más changarros callejeros que sólo detienen la marcha de los ciudadanos y del desarrollo empresarial; y decrete la observación del cielo y sus astros como recreación.
En una palabra, detener la degradación de la ciudad y sus ciudadanos, tanto por el frívolo encanto de los pillis (nobles) del oeste, como del deterioro de los pueblos macehuales del este. La nueva Tenochtitlan debe florecer bajo el equilibrio social, económico y político, así como el uso democrático de los avances de la ciencia y la tecnología, que haga a esta ciudad sustentable y admirable en todos sentidos.
Sin embargo, me llenó de angustia presenciar un primer debate sin ideas y sin sueños entre los aspirantes a Tlatoanis de la nueva Tenochtitlan, donde lo interesante fue el morbo y las acusaciones entre la representante de los mexicas (Claraizel) y los nuevos invasores (Taboada-Cortés), donde la mejor propuesta resultó ser la del aspirante a Tlatoani ciudadano (Chertorivski), quien se acercó más a las necesidades de los Calpullis (barrios) y el florecimiento de la nueva gran Tenochtitlan.
Quizá la diferencia ahora para los mexicas sea aliarse o pactar con el candidato ciudadano para retomar el terreno perdido.
Politólogo y exdiplomático