El 26 de febrero de 2002 entró en vigor la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal. Aunque dicha legislación ha sido objeto de diversas reformas, es una ley de hace 20 años que requiere actualizarse a efecto de cumplir con el mandato constitucional de 2017 que otorgó el reconocimiento a los animales como seres sintientes. Después de un análisis exhaustivo de derecho comparado en la materia; un análisis de la atención de denuncias ciudadanas sobre maltrato; así como una serie de consultas con expertos de la academia, la sociedad civil y otras autoridades, llegamos a la conclusión de que se requiere una nueva Ley que sustente la política pública de bienestar animal.
Por ello en la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial hemos hecho uso de la facultad de Sugerencia que nos confiere nuestra Ley Orgánica y enviado al Congreso de la Ciudad de México una Sugerencia de Decreto para emitir la Ley de Protección y Bienestar Animal de la Ciudad de México y abrogar la Ley de Protección a los Animales del 2002.
Entre otras cosas, lo que se pretende lograr con dicha Sugerencia es pasar de un modelo de protección a uno de bienestar, entendiendo que el maltrato no solamente se expresa físicamente sino también en la conducta de los animales. Para ello se retoma la definición de bienestar animal de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) como el “estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”.
Para regular la condición etológica o conductual de los animales se toman como base las cinco libertades de los animales y se agrupan en cinco dominios, por lo que además de valorar el estado físico se deben apreciar aspectos como la nutrición, el ambiente, la salud, la conducta y el estado mental para determinar su bienestar. Para ello se prohíben ciertas prácticas como amarrar, encadenar o enjaular a los animales de compañía, así como tenerlos en espacios muy reducidos, toda vez que dichas condiciones generan estrés.
Otro aspecto relevante de la Sugerencia de nueva Ley, es que en la Ciudad de México se prohibiría el uso de animales vivos con fines “educativos”, pues nadie puede podría causar la muerte, dolor, estrés, ansiedad, lesiones temporales o permanentes de los animales o modificar negativamente o inhibir sus conductas naturales. El uso de animales para la investigación científica y la enseñanza superior debe acotarse a las Normas Oficiales Mexicanas y a la legislación ambiental en materia de alojamiento, protección y bienestar de los animales. Del mismo modo, no se podrá obligar a ningún educando a experimentar con animales en contra de su voluntad y los experimentos o prácticas de vivisección que permitan la ley o normas oficiales, solo podrán ser aprobados por comités bioética.
Por otra parte, con el fin de mejorar la atención de denuncias y la situación de los animales rescatados de situaciones de calle o de maltrato, se regulan las figuras de “acogimiento” y “hogar de transición” para dar lugar al resguardo temporal de animales de compañía por parte de particulares; se castigan conductas que actualmente carecen de sanción, como el no proporcionar atención médica o alimento a los animales de compañía y que constituyen dos de los hechos más comúnmente denunciados; se establece un catálogo de medidas de seguridad para su resguardo por parte de las autoridades tales como: aseguramiento precautorio, suspensión temporal, clausura definitiva o entrega de custodia de animales que la ley vigente no contempla; y se ordena puntualmente que la captura de animales ferales o en situación de calle solo se realice en condiciones de emergencia, pero más importante aún es que los Centros de Atención Canina y Felina deberán garantizar las condiciones favorables de nutrición, ambiente, salud y comportamiento de los animales que resguarden.
Por estas y otras muchas razones, invito respetuosamente a las Diputadas y Diputados del Congreso de la Ciudad de México para que valoren dicha Sugerencia y aquellos que así lo decidan, adopten el documento de Ley de Protección y Bienestar a los Animales y como es su prerrogativa, inicien un proceso de dictamen y análisis para que la Ciudad de México permanezca a la vanguardia del bienestar animal.