El pasado 9 de marzo, en la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México, organizamos un foro sobre un tema relativamente poco explorado: la incorporación de la perspectiva de género en la planeación y desarrollo urbanos, toda vez que las ciudades han sido diseñadas teniendo en cuenta un modelo de ciudadano más cercano al del hombre proveedor, pese a que el 51% de los habitantes de la Ciudad son mujeres con necesidades diferentes.

Las mujeres por ejemplo, observan un patrón de movilidad más complejo que los hombres, pues suelen hacer más viajes a diferentes destinos; tienen menor acceso al transporte privado toda vez que es la pareja quien usualmente utiliza el auto familiar; tienen una alta dependencia de los servicios de transporte público y realizan una mayor cantidad de viajes a pie, todo ello como resultado del rol de crianza y custodia de los hijos, del rol de amas de casa y los roles asociados a sus propias actividades económicas y sociales.

El foro contó con la participación de destacadas arquitectas, urbanistas y especialistas en diversos temas de género y Ciudad. Las exposiciones dieron cuenta de que la legislación de diversas ciudades del mundo, así como sus instrumentos de planeación y desarrollo, imponen la obligación de integrar la perspectiva de equidad y de género en las políticas públicas urbanas, teniendo como referencia documentos internacionales como son el Programa ONU-Hábitat, la Carta Europea de las Mujeres en la Ciudad, el Manual para la Planificación y el Diseño Urbano con perspectiva de Género editado por el Banco Mundial, así como la nueva Agenda Urbana de la ONU.

Para ilustrar mejor cómo se relaciona la situación de las mujeres y el desarrollo urbano, las especialistas coincidieron en la importancia de considerar al menos cuatro aspectos: a) la participación de las mujeres en la toma de decisiones; b) las condiciones de seguridad que afectan las mujeres; c) el acceso equitativo a vivienda y servicios y d) considerar las diferencias entre las mujeres.

Afortunadamente en la Ciudad de México ya comienzan a verse cambios en estos temas, pues la participación de las mujeres en temas y asuntos relacionados con la Ciudad es cada vez mayor. Del primero de enero del 2020 al 28 de febrero de 2022 la Procuraduría a mi cargo recibió 2,755 denuncias en materia de violaciones a usos de suelo, por construcciones irregulares y por violaciones a la zonificación del predio de acuerdo con el programa de desarrollo. Casi el 48% de éstas denuncias, relacionadas con temas eminentemente urbanos y de ordenamiento territorial, fueron interpuestas por mujeres. Del mismo modo, el 58% de las representantes titulares de las nuevas Comisiones de Participación Comunitaria (COPACOS) electas para el periodo 2021-2023, son mujeres.

Hoy en día, pensar en movilidad y seguridad con perspectiva de género requiere pensar en el tipo de trayectos que realizan las mujeres. En lo que va de la actual administración de la Jefa de Gobierno, Dra. Claudia Sheinbaum, se han habilitado más de 500 kilómetros de senderos seguros para las mujeres, que significan recorridos cortos para dejar a los niños a la escuela, instalación de botones de pánico, iluminación, señalización, acceso a internet gratuito y que conecten múltiples accesos a nodos y estaciones de transporte público, incluyendo el cablebús.

La perspectiva de género requiere atender las necesidades específicas de las mujeres de la Ciudad, como lo es una zonificación, usos de suelo y espacios públicos adecuados, como son por ejemplo contar con los Centros de Día (Cendis) del Gobierno de la Ciudad, para cuidar a los hijos de las mujeres trabajadoras; o el programa de Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares) a los que acuden fundamentalmente mujeres y jóvenes a recibir capacitación, con lo que se potencian y liberan las capacidades de las mujeres para emprender negocios y oficios.

Del mismo modo, en el foro se informó que en el 2021 las mujeres alcanzaron por primera vez el 43% de los créditos de vivienda otorgados en dicho año, por lo que en conjunto con programas de crédito para mujeres y jefas de familia para el Mejoramiento de Vivienda del Instituto de Vivienda de la CDMX, la desigualdad patrimonial y de acceso a la vivienda, tal vez comiencen a disminuir.

Lo que es un hecho, es que pensar desde una perspectiva de género debe tener como base el reconocimiento de la diversidad. Esto es así, porque incluso dentro del universo de las mujeres hay grandes diferencias, por ejemplo el acceso a servicios públicos entre las mujeres que habitan el norte y el oriente de la Ciudad o entre las mujeres de zonas ejidales que habitan en suelo de conservación. Aún falta mucho por hacer, pero el acuerdo esencial es que el verdadero cambio en materia urbana, significa incorporar la voz y las necesidades de las mujeres en todo lo que tenga que ver con nuestra Ciudad.

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