La creciente demanda ciudadana por la protección de los animales tiene lugar en una época de intensos cambios tecnológicos que permiten compartir información , imágenes y videos de manera inmediata, por lo que también subsiste una gran atención de los usuarios de redes sociales para reportar casos de maltrato animal y que en poco tiempo generan cientos o miles de interacciones.
Ciertamente las imágenes de animales de compañía en situaciones de maltrato causan una enorme indignación. No obstante, es importante tener en mente que una imagen o un video solo provee información parcial de lo que está ocurriendo, por lo que la mejor forma de contribuir a terminar con posibles situaciones de maltrato animal siempre será denunciando a las autoridades competentes.
La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial tiene la atribución de vigilar el cumplimiento de la ley en materia de protección animal. Para ello, la PAOT investiga y atiende las denuncias considerando la información técnica y científica más reciente de la que se tenga alcance, de forma tal que se recaba información objetiva sobre la situación de bienestar de los animales.
Para hacerlo, en el año de 2014 la PAOT produjo “La Guía de bienestar de animales de compañía” con el apoyo de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México. Dicha guía fue una acertada primera aproximación en la valoración objetiva del bienestar animal, pues contiene recomendaciones puntuales en materia de transportación y esterilización, así como los criterios de hábitat y estado fisiológico de perros y gatos, para conocer sus condiciones de bienestar o en su caso de maltrato.
No obstante, han pasado ya ocho años desde que la PAOT creó dicha guía y durante éste tiempo han ocurrido cambios de concepción del bienestar animal desde el punto de vista científico y veterinario, así como cambios legales muy relevantes.
Uno de los cambios legales más relevantes fue el reconocimiento otorgado a los animales como seres sintientes por la Constitución Política de la Ciudad de México de 2017, que los hizo merecedores de un trato digno y dispone que su tutela es una responsabilidad común del Estado y la sociedad.
Del mismo modo, la Organización Mundial de Sanidad Animal que genera lineamientos de sanidad animal y salud pública veterinaria en todo el mundo, en su edición del 2019 del Código Sanitario para los Animales Terrestres incorpora una serie de principios para actualizar el concepto de bienestar animal, definiéndolo puntualmente como el “estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”.
Por lo anterior, en la PAOT nos dimos a la tarea de producir el nuevo “Manual de Campo para la Valoración del Bienestar Animal de Perros y Gatos”. No es una simple actualización de contenidos o protocolos de la Guía de Bienestar Animal del 2014, pues el nuevo Manual de Campo integra aquello en lo que coinciden la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Constitución Política de la Ciudad de México, esto es, que los animales son seres sintientes que su bienestar depende no solo de su estado físico, sino también de su estado mental.
Se trata de un Manual de Campo, es decir, se consideran puntualmente as variables que son visibles y reconocibles en las visitas y reconocimientos de hechos que realiza el personal de PAOT en el cumplimiento de sus funciones. Con el nuevo Manual se añadieron parámetros de comportamiento a partir de vocalizaciones (tipos de ladridos o maullidos), posturas corporales (de la cola, el hocico, el pelo del dorso, las orejas o la mirada) y eventos o estados conductuales como son jadeos, temblores, búsqueda de refugio, conductas repetitivas e interacciones con su responsable, otros animales y personas.
El nuevo Manual de Campo para la Valoración del Bienestar Animal en Perros y Gatos es resultado de la colaboración entre la PAOT y la Sociedad Mexicana de Etología y Bienestar Animal (SOMEBA) y con ello se podrá comenzar a evaluar el bienestar animal también a partir de los estados mentales de los animales para conocer si son sujetos de emociones o condiciones conductuales negativas como estrés, ansiedad, miedo, agresividad o alteraciones de conducta que indiquen en conjunto con su estado fisiológico, su atención veterinaria y el medio donde habitan, el estado de bienestar en el que se encuentran.
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