Sin importar la desconexión con la realidad de las violencias que existen y que a millones de mexicanos nos duele, los gobiernos estatales insisten en manipular y ocultar información, mientras que el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Púbica (SESNSP), que tiene la obligación de auditar las cifras, lo permite.
Como sabemos, más o menos cada día 20 de mes se dan a conocer las cifras delictivas del mes anterior que son enviadas por las fiscalías estatales al SESNSP. En la mañanera de ese día, ya sea la secretaria Rosa Icela Rodríguez o el secretario General Luis Crecencio Sandoval muestran en una serie de gráficos con comparaciones hechas a modo en la que buscan contrastar las cifras actuales con las de meses y años anteriores. Se echan porras, se dan palmadas en la espalda y dicen que van requetebien.
Pero cuando desmenuzamos las cifras, nos encontramos con la maldita realidad: que las violencias, los homicidios, los delitos de alto impacto siguen al alza situación que se pretende esconder. Vemos anomalías, manipulación y omisiones, en el manejo de las cifras. ¿por qué mienten? porque “la mañanera” no es un espacio de información ni transparencia, es un espacio de propaganda. Así, que al acotar artificialmente algunas categorías de delitos de alto impacto les permite presumir logros inexistentes.
La manipulación de cifras delictivas no es nueva. Desde que me incorporé al trabajo de las organizaciones de la sociedad civil lo hemos denunciado. En 2004, despúes de la Marcha Blanca, presentamos un pliego petitorio al presidente y los gobernadores (incluido López Obrador) donde exigíamos, entre otros puntos, que las cifras coincidieran con la realidad. En ese momento nos escucharon y se hicieron algunos cambios, pero no fueron suficientes. Y en 2015, también por insistencia de la sociedad civil, se pretendió subsanar las deficiencias que tenía la categorización de delitos en el SESNSP.
Entonces hicieron una clasificación que fuera suficientemente detallada para evitar la ineptitud o las mañas de quienes manejaban la incidencia delictiva en las fiscalías. Para corregirlo elaboraron siete categorías que incluyen 53 tipos de delitos. Sin embargo, no eliminaron el problema de fondo, ya que mantuvieron las subcategorías de “otros delitos”. Eso también lo criticamos en su momento, pero lo que hemos visto a partir de 2019 no lo habíamos visto antes. Resulta que en estas y otras subcategorías cada vez se pulverizan más a víctimas de delitos de alto impacto.
Como muestra un botón, haciendo una comparación del delito de homicidio en el 4to año del sexenio anterior contrastado con el 4to año de este sexenio se observan la probable reclasificación de homicidios dolosos en la subcategoría de “víctimas de otros delitos contra la vida y la integridad”. Esto nos lleva a pensar que el número de homicidios dolosos es mucho mayor a lo que parece.
Al comparar estos dos años, observamos que mientras en 2016 se reportaron 4,458 víctimas en “otros delitos” en 2022 fueron 15,362 víctimas, es decir, triplicaron el número. Según la explicación en la página del SESNSP, esta subcategoría incluye -la inducción o ayuda al suicidio y peligro de contagio, inseminación artificial no consentida, entre otros; no el homicidio doloso. Lo que resulta al menos extraño es que los delitos que señala ese apartado hubieran subido un 245%. Por ejemplo, tan solo en Baja California en 2016 pusieron 714 víctimas en “otros delitos” y en homicidios dolosos 1274 víctimas; pero en 2022 encontramos 2847 víctimas en “otros delitos” y menos homicidios dolosos con 2726 víctimas. Peor aún, en Guanajuato, al parecer no se habían percatado de la existencia de este cajón, puesto que el estado reporto en cero víctimas de 2015 a 2018 y de repente en 2019 al parecer se dieron cuenta de la utilidad de esta subcategoría, y ya para 2022, reportaron 1652 víctimas.
Por otro lado, ahora comparando cifras solo de este sexenio, observamos que el delito del feminicidio en este primer cuatrimestre del año tiene una disminución del 14% con respecto al del pasado año, pero si lo analizamos por estado, encontramos posibles manipulaciones. Por ejemplo, Zacatecas pasó de 5 víctimas reportadas en 2022 a 3 en 2023 que parecería congruente con la baja nacional. Pero registraron 34 mujeres mujeres víctimas de homicidio doloso; de éstas en Causan Común tenemos documentado que al menos 16 fueron asesinadas con crueldad extrema. Lo mismo sucede en Baja California, Chihuahua y Coahuila, que ocuparon los primeros 3 lugares por mayor número de notas sobre asesinatos de mujeres con crueldad extrema, con al menos 31, 30 y 29 notas periodisticas respectivamente, mientras que los registros de feminicidios en el mismo periodo por parte de las fiscalías fueron de 7, 17 y 3 víctimas, respectivamente. Estos datos nos llevan a pensar que están manipulando las cifras de feminicidios para aparentar una baja.
Entender las causas de las anomalías, omisiones, manipulaciones y subregistros a partir del análisis estadístico realizado por Causa en Común “Análisis de los registros de incidencia delictiva y posibles manipulaciones” sobre las cifras que da a conocer el SESNSP es complejo porque para hacerlo, requeriríamos acudir a cada fiscalía a investigar en lo individual. Lo que sí podemos estar seguros es que hay mano negra y un intento de manipular la realidad para poder festejar una seguridad que el país no tiene.