Nueve billones de presupuesto en el 2024, de los cuales, 1.9 billones es deuda, que el presidente que dijo que no nos endeudaría, le dejará al país. Ese será su legado, entregar un país con instituciones débiles, militarizado y un 60% más endeudado que en 2018.
Se aprobó el mayor gasto en programas sociales y el mayor presupuesto en la historia de México para la Sedena. También se autorizaron más recursos para las obras faraónicas del Ejecutivo. A la Secretaría de Bienestar le dan 543,933 mdp, 25.2% más que este año; para el programa Jóvenes Construyendo el Futuro se aumentó un 110%. No hay explicación para este aumento, no se justifica con el número de jóvenes que existen o que pueden ser acceder a este programa. En año electoral, parecería que estos extraordinarios recursos terminarán de forma ilegal en las campañas para favorecer a los candidatos de Morena.
Los segundos grandes beneficiarios fueron las Fuerzas Armadas (es decir las cúpulas), para seguir abonando a la militarización, que no resuelve la seguridad, pero agrava las violencias. Sedena recibirá 259 mdp (121% más) y tendrá 2 nuevos fideicomisos. Ya sin tapujos se quedó con los presupuestos del AIFA, Tren Maya, Istmo de Tehuantepec, además de la Aerolínea del Bienestar y su empresa turística. También le toca un guardadito de 75 mdp de la Guardia Nacional. A la Secretaría de Marina la premiaron con un presupuesto de 72 mil millones de pesos lo que representa un aumento de 63.82%.
Los legisladores tuvieron el descaro de no asignar un solo peso a la Costa Grande de Guerrero que requiere de un plan de reconstrucción integral. Si los diputados tuvieran conciencia social, hubieran aprovechado la oportunidad para recobrar no solo Acapulco, sino el estado. Guerrero requiere cirugía mayor, desde las instituciones de seguridad y justicia hasta las de salud, educación y urbanización. También urge limpiarlo de los cárteles que asfixian a la población. Sin embargo, lo único que está sobre la mesa es darles los fideicomisos del Poder Judicial, lo que significan migajas para un estado devastado por el huracán Otis.
A la Secretaría de Salud la dejaron en estado de coma. Le quitaron más de la mitad del presupuesto y se lo pasaron a IMSS Bienestar. Son tan ignorantes que parece que no saben que no tienen las mismas funciones. En este sexenio, de 20 millones pasaron a 50 millones las personas que enfrentan carencia de acceso a servicios de salud. Estos resultados subrayan la urgencia de establecer un sistema de salud integral, pero las necesidades de los pobres no fue prioridad.
Morena, además perjudicó a las instituciones que el presidente descalifica, los Órganos Autónomos y al Poder Judicial. También, para seguir centralizando el poder, los estados y municipios, van a recibir menos recursos respecto al total del presupuesto. En 2018 era el 34% del gasto total, ahora será el 27%.
Por último, cada mexicano deberá pagar la enorme deuda que deja un gobierno inepto e insensible, que asignó recursos en completa opacidad para una refinería que no refina, un aeropuerto con escasos vuelos y un tren que ha devastado miles de hectáreas de selva no recuperables. Además, es altamente probable que con los recursos de la Secretaría del Bienestar estén preparando una elección de estado.
Sin duda los diputados de Morena son una aspiradora de recursos. El presupuesto aprobado provocará más corrupción; no dará más acceso a los más necesitados a los servicios de salud, tampoco permitirá y mucho menos servirá para quienes todo lo perdieron en la costa de Guerrero. (Colaboró Nancy Angélica Canjura Luna)