El pasado 6 de junio, quienes participamos en México Libre, hicimos un esfuerzo tecnológico por conectarnos y hacer un evento que nos permitiera recordar el arduo trabajo que nos espera para reconstruir nuestra Patria.

Sin embargo, nos queda claro que hoy la prioridad es cuidar de nuestra salud, la de los otros, cuidar a nuestros enfermos, acompañar a quienes han tenido que decirle adiós a un ser querido. Hoy, nuestra tarea es proteger a todo el personal de salud que está en la primera línea de emergencia: doctores, doctoras, enfermeras, enfermeros, camilleros, personal de limpieza y de intendencia; a todos ellos hay que apoyarles con gratitud porque arriesgan todos los días su vida por nosotros.

Hemos encontrado mexicanos, como siempre, entregados al servicio, grupos que han donado su tiempo, su dinero, alimentos para quienes más lo necesitan. Pero también es cierto que estamos dolidos —algunos muy enojados— por la irresponsabilidad con la que el gobierno ha tomado las decisiones en materia de salud y economía. Estamos descontentos —algunos furiosos— al ver la ineptitud, la falta de transparencia, de verdad, de integridad y de trato digno que han mostrado muchas autoridades en estos días.

De nada nos servirá enojarnos si no actuamos para participar en la vida política del país. El enojo sólo genera derrotero positivo cuando se traduce en acciones concretas, cuando se canaliza la frustración en una tarea positiva que genere cambio en nuestro entorno. ¿Será difícil? Sin duda. Y sobre todo con un presidente que, cada vez con mayor claridad, avisa que no está dispuesto a escuchar, ni a dialogar y que, por el contrario, acusa y ataca a quien disiente con él. Pero se puede.

Estamos a un año de las elecciones. El próximo año podremos cambiar la conformación de la Cámara de Diputados. También habrá elecciones locales en las que se juegan 15 gubernaturas, más de mil diputaciones locales, 1924 alcaldías. En un año, la ecuación del poder político puede cambiar si así lo queremos los mexicanos.

Y, lo que son las cosas, hoy a un año de las elecciones, estamos en el peor momento de la pandemia, con el mayor número de enfermos y fallecidos y, para exacerbar las cosas, la información fluye con la mayor incongruencia, en el peor momento de la economía, con las mayores pérdidas del empleo y bajo un rechazo total a medidas para cuidar el medio ambiente.

Por eso es tan importante que levantemos la mano. Sí, el mismo día en el que el presidente de nuestro país, en un acto de poder, pidió definición, nosotros en México Libre decidimos anunciar que estábamos listos para participar y darle un destino más esperanzador a México. Miles de mexicanas y mexicanos hemos levantado la mano en las 32 entidades federativas.

Estamos listos para servir a México, empezando por ayudar a quienes más lo necesitan, a demostrar que podemos traducir el enojo en solidaridad y fuerza de trabajo para el bien común. Estamos listos para reconstruir, participando políticamente, el tejido social al que tanto ha dañado la división y la confrontación.

Estamos listos para construir juntos el México que podemos, debemos y queremos ser: Estado constitucional y democrático de Derecho, con igualdad de oportunidades, con justicia en la libertad, una economía competitiva y solidaria basada en un modelo de desarrollo sustentable que cuide el medio ambiente.

Estoy segura que dentro de 365 días, nos encontraremos en condiciones completamente distintas a las de hoy. Tendremos un México listo para resurgir en el que sean las mujeres y los hombres libres y valientes que hoy alzan la mano, los que guíen a nuestra Patria hacia un futuro brillante, con diálogo y respeto, hacia un México Libre.

Todas las grandes hazañas, todas las proezas comienzan con un primer paso. Desde Baja California Sur hasta Quintana Roo, hemos dado ese paso juntos. Estamos listos para trabajar por México.

Abogada

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