Si alguien en tu familia o cercano a ti perdió su empleo, tuvo que cerrar su negocio, no pudo encontrar medicinas, no le dieron tratamiento en el hospital, no tiene dónde dejar a sus hijos pequeños para salir a trabajar, o ya no tiene ahorros ni dinero suficiente para salir adelante; si tienes en tu familia a alguien que murió de Covid y a quien le dijeron que no tenía por qué usar tapabocas, que sólo fuera al hospital cuando estuviera muy grave, que no eran necesarias las pruebas; quiero decirte algo que supongo ya sabías: mucho de ese dolor era evitable. Si se hubiera manejado la crisis de manera distinta, gran parte de ese sufrimiento podría haberse mitigado. Para eso sirve la política, para que “entre todos” evitemos males y construyamos bienes comunes.

Si la Cámara de Diputados hubiera estado compuesta por una mayoría de oposición, el dinero habría sido destinado para medicinas para los niños con cáncer, para la salud de las mujeres, para estancias infantiles, para apoyar a la iniciativa privada con la finalidad de que no cerrara sus negocios y no para una refinería en Tabasco.

Si hubiese habido una oposición fuerte en la Cámara de Diputados, el presupuesto que se incrementó para la seguridad, se habría podido utilizar para la capacitación, compra de equipo y armamento, mejores salarios, mejora en las carreras policiales, policía científica. No fue así, se utilizó para comprar los ladrillos del aeropuerto del capricho.

Las elecciones del 6 de junio próximo se tratan precisamente de esto, de nuestra vida diaria y, por lo tanto, son muy importantes, por no decir esenciales. El objetivo de esta elección (y en esto debemos coincidir todos los ciudadanos) debe ser terminar con esa mayoría que, abierta y decididamente, pretende romper el orden constitucional; debe ser impedir que se consolide esa mayoría del partido gobierno que tiene un rostro claramente dictatorial y opresor. Nuestro único aliado aquí es el tiempo. Si no impedimos con nuestro voto que Morena pueda modificar la Constitución, ponemos en grave riesgo la naturaleza de nuestra forma de gobierno.

El Poder Legislativo radica en el Congreso de la Unión y se integra por dos cámaras: la Cámara de Senadores (128 integrantes) y la Cámara de Diputados, que se integra con 500 diputados. En esta elección del 6 de junio únicamente vamos a votar por los diputados.

En cada cámara se discuten y aprueban las leyes y sus modificaciones. En cambio, sólo en la Cámara de Diputados se discute el presupuesto, es decir, a dónde va todo el dinero de los mexicanos. Para discutir y aprobar eficazmente tenemos que conocer lo que significan las mayorías. Estas son tres: la mayoría simple, la mayoría absoluta, y la mayoría calificada.

La mayoría simple es para el partido que tiene más “curules” (así se le dice a la silla del diputado), es decir, más diputados, con independencia del número. En la actual cámara de diputados el partido-gobierno Morena es el que tiene más diputados.

La mayoría absoluta es aquella que se cuenta a partir de la mitad más uno de los diputados. Es decir, 251 diputados. Ésta es necesaria para reformar leyes, para aprobar presupuestos, para eliminar instituciones, borrar programas, eliminar fideicomisos y muchas cosas más. Es importante señalar que el partido-gobierno Morena tiene 258 diputados por sí solos, lo que implica que tienen mayoría simple y absoluta. Por eso, sin ningún problema le quitan el dinero a las medicinas para los niños que tienen cáncer, o para tratamientos que antes eran gratuitos, o para dejar a un lado las energías renovables y el cuidado del medio ambiente y, en cambio, aprueban, sin reflexionar, lo que les dicen y ordenan desde la presidencia.

Finalmente, la mayoría calificada es aquella que logra tener, en una votación específica, las dos terceras partes de la cámara, que significan 334 diputados. Con esta mayoría pueden reformar la Constitución y hacer muchos nombramientos muy importantes. Debemos saber (esto es muy importante para quienes pretender dar su voto a partidos satélite) que el partido-gobierno y sus aliados tienen en total 335 diputados. Y, en ese sentido, pueden reformar la Constitución y desaparecer instituciones y beneficios previstos en ella.

La elección del 6 de junio, a nivel federal, se perfila como nuestra única oportunidad para quitarle a Morena la mayoría absoluta, y evitar que consiga la mayoría calificada, lo que significa que no pueda reformar nuestra Constitución, ni siquiera con la suma de los otros partidos que le son afines, o que están dispuestos a vender sus apoyos a cambio de beneficios. Ésta no es cualquier elección. Ahora tenemos que votar por aquel que le puede ganar a Morena porque votar por otro, ya sea de sus aliados o de aquellos partidos que no pueden ganar, significaría abrir las posibilidades de que gane Morena. A esto le llamamos voto útil y, ahora, es el voto reflexionado e informado. No se trata sólo de votar, sino de hacerlo con inteligencia y con la consciencia de que nuestro voto sirva para salvar nuestra democracia.

Abogada.

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