“Dice mi padre que un solo traidorpuede con mil valientes”
Alfredo Zitarrosa

Ni en las peores épocas del PRI autoritario pasó lo que acaba de pasar con México Libre y con miles de ciudadanos. Cuando entré en la política fue en la oposición. A raíz de algunos atropellos de derechos políticos electorales, se inició la transición democrática. Recuerdo muchos atropellos a los derechos políticos, pero pocos como el que acaba de suceder que fue negar el registro a crear un partido, negar el derecho a participar. Nunca se lo hicieron al PAN ni a nadie, jamás le quitaron el registro, no se atrevieron a tanto. Los de ahora sí: negaron el derecho a participar, a competir y todavía se sorprenden que los señalen como un régimen autoritario.

El miércoles 14 de octubre, el único proyecto que el Tribunal Electoral publicó fue el de México Libre, desde ahí se veía el trato particular. Y todos callados (incluyo a la oposición).

El propio magistrado José Luis Vargas dijo, en su cuenta de twitter, que no “acompañaba” (es decir, que no compartía) las consideraciones en las que se apoyó el INE. Tanto en el proyecto como en twitter nos daba la razón. Sin embargo, en lugar de conceder el registro, sin facultad alguna, inventó otras consideraciones para no dejar participar a México Libre. Una vergüenza para el derecho y para el país.

Para muestra de la injusticia, basta un botón: A Fuerza Social por México, que tenía irregularidades del 25% por la cantidad de $ 6´864,030, le dieron el registro; a Redes Sociales Progresistas, que tenía irregularidades del 20% por la cantidad de $ 5´057,142, le dieron el registro. En cambio, a México Libre, bajo la hipótesis -falsa- de irregularidades del 8% por la cantidad de $ 1´062,000, no le dieron el registro. A pesar, además, de que sí identificamos a los donadores, y tan así fue, que aparecen los donadores en distintas páginas del proyecto de la resolución y de los informes del propio INE. Resultado: a los tres partidos que eran afines al gobierno sí les dieron el registro, y a la única voz opositora (México Libre) se lo negaron.

No hay duda, y no sólo lo digo yo, diversos articulistas señalan la injusticia y el atropello. Por eso hay estudios muy claros -como el Reporte de Integralia- que señalan que la decisión de quienes negaron el registro fue sobre “apreciaciones” que “carecen de bases legales, de congruencia y que no se juzgó bajo los mismos criterios objetivos a todos los solicitantes de registro”. “Las resoluciones reflejan un Tribunal que resuelve sin rigor jurídico y bajo otros criterios para decidir casos emblemáticos. Ello genera una enorme incertidumbre de cara al proceso electoral…”

Y todavía más adelante agrega: “El Tribunal Electoral tiene facultades para valorar decisiones del INE y confirmarlas o revocarlas, más no para emitir nuevas o suplirlas, como lo hizo en el caso de México Libre. La mayoría de magistrados, en principio, sostuvo que el consejo General del INE no había fundado y motivado adecuadamente la negativa de registro, sin embargo, negó el mismo por motivos distintos, lo que incluso viola el debido proceso, pues el acusado no tiene derecho a defenderse de nuevas imputaciones.”

Insisto que la decisión del Tribunal Electoral es un golpe a las libertades y a la democracia de nuestro país. A México Libre le correspondía el registro. Es una de las resoluciones más vergonzosas de este Tribunal Electoral y particularmente de los cuatro magistrados que inconstitucionalmente sostuvieron una decisión injusta, asumiendo una posición que sólo puede calificarse de “cobarde”.

Cuando se es juzgador, el conocimiento del Derecho y la valentía se vuelven condiciones esenciales del cargo. No se puede ser juez si no se tienen esas dos características; una tiene que ver con la capacidad y la otra, no menos importante, tiene que ver con la conciencia, con la calidad humana, con la honestidad, con el carácter. José Luis Vargas como ponente, Felipe Fuentes, Felipe de la Mata y Mónica Soto, fueron los magistrados que decidieron contrario a derecho, que negaron el derecho de miles de ciudadanos y, por si fuera poco, colaboraron con la polarización y con la incertidumbre en el proceso electoral del 2021. Ese acto no puede ser calificado de otra manera que como una “traición”; una traición no a quienes iniciamos este proyecto, sino una traición contra todos aquéllos que lo suscribieron y, además, contra todos los mexicanos. Este país, en este momento, no puede permitirse jueces que no tengan esa mínima virtud. Ni usted, ni yo debemos permitir que eso pase aquí.

Quien no vea la dimensión política y social que traen este tipo de espectáculos vergonzosos como el del INE, el 4 de septiembre; el de la Corte, el primero de octubre, y el del Tribunal Electoral el 14 de octubre, es que no quiere ver nada. No hay peor desgracia que la del ciego que no quiere ver. Por eso me sorprende el silencio de los partidos y de tantos otros, pero también me alegra la intervención valiente de articulistas y de centros de estudios como el de Integralia.

Frente a la injusticia, frente a la urgencia de México tendremos que seguir trabajando y sumando. Nosotros aquí seguiremos.

Abogada

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