Hace tres años, el presidente de México les ofrecía trabajo, hoy les ofrece la muerte. El manejo del problema migratorio en México evidencia, entre otras cosas, una enorme torpeza.

Debemos entender que la migración es un fenómeno que acompañará siempre a Latinoamérica y particularmente a nuestro país. Sin duda alguna tiene mucho que ver con seguridad nacional, pero también con derechos humanos y con el trato humano que debe darse en cualquier parte del territorio a los migrantes

En la Cámara de Diputados denuncié la tragedia del 9 de diciembre pasado cuando un tráiler que transportaba personas se accidentó y el resultado fueron 55 migrantes fallecidos y 100 heridos. De aquella tragedia no se supo más, ni siquiera qué respuesta le dieron a las familias de los migrantes. A este hecho sucedieron otros más que fueron advirtiendo la debilidad del Estado también en materia migratoria.

Desde la oposición denunciamos el acuerdo del Presidente de la República y de la Secretaría de Relaciones Exteriores con Estados Unidos para que México sirviera de tercer país seguro, como el propio Ildefonso Guajardo se los recordara hace unos días. Se trata de un acuerdo que obliga a México a retener al menos 30 mil migrantes al mes. La diputada Daniela Álvarez ya había denunciado que en Ciudad Juárez se violaba sistemáticamente la ley de Migración.

No hay comparación posible con muchas otras tragedias que hemos sufrido en México durante este siglo. Es decir, las dimensiones son enormes cuando hablamos de la vergonzosa tragedia acontecida el pasado lunes 27 de marzo en la “estancia” migratoria en Ciudad Juárez:

1. En la noche del lunes 27 de marzo se daba a conocer la noticia del incendio en la supuesta estancia y se daba cuenta de 10 muertos por los menos (la cifra alcanzó 39)… ¿pues en qué condiciones estaban? fue mi respuesta al leer la noticia por redes sociales.

2. En la mañanera del día siguiente, el Presidente le dedicó a la tragedia no más de tres minutos. Ahí dijo que la responsabilidad era de los migrantes porque quemaron un colchón que ocasionó el incendio. Es decir, lo primero que hizo el presidente fue echarle la culpa a los propios migrantes y después se puso verdaderamente a chacotear y a reír “¿de qué se ríe señor presidente?,” dice un poema de Mario Benedetti.

3. Circuló un video en el que se observa el momento exacto del incendio: unas rejas que nunca se abren, una persona que parece desmayada, otra que se acerca a la puerta y policías y/o agentes migratorios que salen abandonando a los migrantes que no podían salir porque en realidad se trataba de una cárcel.

Y lo que siguió fue más penoso en términos de acciones de gobierno: declaraciones que muestran la falta de coordinación, el poco apego a la ley y la irresponsabilidad absoluta. Ante el video que conmovió a México, el Secretario de Gobernación dijo que el video había sido filtrado por el gobierno de Chihuahua y que lo tenían desde la mañana. Es decir, el presidente dio la mañanera y chacoteó en público cuando ya había visto el video.

Finalmente, se dio a conocer que la seguridad de la Cárcel Migratoria se había encargado a la empresa del cónsul honorario de Nicaragua en un contrato de 3,000 millones de pesos para las estancias migratorias y bancos de bienestar. Y para terminar con el tema, anunciaron que se cancelaba el contrato en ese momento. Sin embargo, restan muchas preguntas: ¿cuántos centros dejaron de cuidarse? ¿o fue un simulación para apoyar a Nicaragua?

En la Cámara de Diputados, los integrantes de Morena y el gobierno se niegan a aceptar que el responsable de esta tragedia es el Estado. Y fue el Estado porque los migrantes están bajo la custodia del Estado, habían iniciado el proceso administrativo y estaban en la cárcel del Estado. No fue un accidente, el responsable de esto no es el crimen organizado sino el Estado.

Fue el Estado porque carece de política migratoria, porque no le importa otra cosa que no sean programas para votar, porque no cumplió con sus obligaciones elementales y porque son unos irresponsables.

Diputada federal