En el mundo las políticas populistas han empobrecido a las personas. En México, uno de los datos más preocupantes —para algunos, no para el gobierno— es el número de “despojados”, es decir, aquellos que entraron a la pobreza: 10 millones, según el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social). Con el Covid, los errores en las decisiones políticas en materia de salud, en la economía y en la seguridad toman una dimensión que no habíamos visto. Llevamos semanas y semanas escuchando y leyendo que la pandemia en el mundo nos ha hecho llegar a una conclusión que ya es una verdad generalmente aceptada: cinco han sido los peores mandatarios —todos hombres, dicho sea de paso— que se han caracterizado por un pésimo manejo de la crisis sanitaria. Entre estos cinco está México.
Los mandatarios populistas minimizaron el problema, se burlaron del uso de tapabocas y, cuando se vieron enfrentados por la realidad, decidieron mentir. Sus decisiones, acompañadas más de rencores, venganzas, resentimientos, falta de diálogo y, en su caso totalmente clientelares y manipuladoras, están directamente relacionadas con el aumento del número de fallecidos por la pandemia. Los datos se siguen manipulando para confundir a la población que les interesa únicamente para votar. Y, para ello, la mentira y la manipulación se ha hecho presente… pero todos lo saben.
Lo saben los del equipo en el gobierno. Aquellos que alguna vez dijeron en campaña: “no se preocupen”, “no se imaginen lo peor”, “además voy a estar allí”. Lo saben porque son aquellos que siendo conscientes de que están mal las cosas y se han tomado malas decisiones, mienten en reunión oficial. Sin embargo, en secreto y frente a sus familias y los otros dicen: “yo sigo trabajando en lo mío”, “es peor si me salgo”, “ya le dije, pero no entiende”, “yo también lo veo mal, pero no me queda de otra”… y todas las excusas que se pueda uno imaginar para seguir ahí y para no decir nada y ser parte “involuntaria” del engaño.
Lo sabemos. Se nos miente todos los días, frente al silencio cómplice del equipo que gobierna. Se nos miente cuando los datos que nos dan son el resultado de un sub-registro porque no practican las pruebas. Basta citar de la revista Nexos lo siguiente: “Durante la semana 29 el número de actas de defunción registradas en la CDMX fue 83% superior o 1.83 veces mayor al promedio de actas de los últimos cuatro años.” No sólo la revista Nexos, sino varios estudios han demostrado el exceso de mortalidad en México y el sub registro de casos correspondiente.
Nos mienten, nos engañan y nos confunden y, para ello, recurren al ataque contra cualquiera que piensa distinto, a espectáculos mañaneros, a la organización de rifas y ceremonias, y todo esto en medio de lo que nos dicen las cifras oficiales: más de 45 mil muertes de Covid, 60 mil homicidios dolosos, más de 15 millones han perdido su ingreso, 10 millones más en la pobreza, etc., pero prefieren la mentira que la verdad.
La esperanza del país está en todos y cada uno de nosotros. Lo que necesitamos es una conciencia que reconozca que México vale la pena y que lo podemos cambiar si miramos de manera más profunda las cosas, si leemos lo que está pasando, si entendemos el dolor y pasamos de frivolidades y lugares comunes al esfuerzo generoso y libre para trabajar por nuestro país, por nuestro México.