El pasado domingo 6 de junio, las y los mexicanos protagonizamos una jornada electoral histórica. La participación de los ciudadanos demostró con hechos, el anhelo de vivir en democracia, civilidad, armonía y paz pública, en un auténtico Estado de Derecho.
Seis factores contribuyeron, determinantemente, en esta realización: 1º. la puntual organización de las elecciones realizada por un Instituto Nacional Electoral INE, con experiencia, formalidad y compromiso; 2º. la actitud cívica de 1.5 millones de ciudadanos que, de manera seria y responsable, contribuyeron al desarrollo de esta jornada como funcionarios de casilla; 3º. la actitud respetuosa de las y los actores políticos en el transcurso de este día; 4º. los Juzgadores, Notarios Públicos y autoridades de Seguridad Pública que estuvieron en guardia ante las posibles incidencias; 5º. Los medios masivos de comunicación relatando minuto a minuto el acontecer de este día; y, 6º. fundamentalmente, la participación de la ciudadanía, para ejercer el derecho constitucional a elegir a nuestros gobernantes.
Muy importante señalar que la capacitación otorgada a las personas encargadas de las casillas motivó un trabajo pulcro y profesional durante esta jornada. Recordemos que en las casillas los que recibieron y contaron los votos fueron nuestros vecinos, nuestros conciudadanos, en presencia de los representantes de los partidos políticos, que en esta ocasión se acreditaron en todo el territorio nacional, más de 2.3 millones; de los 20 mil observadores electorales nacionales y de medio millar de visitantes extranjeros.
Además, el diseño de esta función obligó a que la actuación de los integrantes de casilla se documentara en las actas correspondientes, desde la apertura de la casilla hasta su cierre, conteo de votos y entrega de la paquetería electoral. Al abrirse la casilla el presidente de ésta tiene la obligación de cerciorarse de las personas presentes; recibir la papelería electoral y asentar en el acta de inicio la documentación entregada: sección del padrón que les corresponde; las boletas de cada elección, las cuales deben ser contadas y anotados los folios respectivos; armar las urnas, enseñando que están vacías; hacer el acomodo de mobiliario.
La experiencia en la casilla en la que me tocó votar fue muy agradable: fuimos recibidos con gran cordialidad por vecinos y conocidos; al que no traía cubrebocas, se lo proporcionaban; nos dieron una toallita desinfectante, gel e indicaron la mesa en la que se encontraba nuestro registro en el padrón; pidieron nuestra credencial de elector; corroboraron que pertenece a esa sección; entregaron 3 boletas para elegir Diputados Federal y local, así como Alcalde. Pasamos a la parte cubierta para votar con secrecía; doblamos las boletas, las introdujimos en las urnas respectivas; nos pusieron la tinta indeleble y devolvieron nuestra credencial, la limpiamos con la toallita, nos pusimos gel en las manos y nos retiramos del lugar.
Cerrada la casilla, y de conformidad con los lineamientos establecidos, pasaron al conteo de votos en presencia de los asistentes: abrieron las urnas, contaron los votos válidos. Si los representantes de los partidos advirtieron alguna anomalía pudieron pedir se asentara en el acta. Hecho el escrutinio y cómputo, anotaron el resultado en las actas, y en la cartulina que pegan en la puerta; sellan los paquetes electorales y los concentran en el Consejo Distrital.
Inició la integración del Programa de Resultados Electorales Preliminares PREP e iniciaron los conteos rápidos. Posteriormente, el presidente del INE dio a conocer públicamente los resultados preliminares. Fue así como concluyó este día icónico en la vida de los mexicanos.
Ministra en Retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
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