Los retardantes de llama o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son compuestos con múltiples beneficios para la industria debido a que pueden usarse en productos de consumo y en aplicaciones industriales. Tienen propiedades que los hacen repelentes de manchas, grasas y agua. Por ejemplo, son antiadherentes en sartenes y empaques para comida, se utilizan como productos anti-manchas en muebles, para hacer ropa o maquillajes resistentes al agua, también son empleados en productos electrónicos, muebles, juguetes, artículos para bebés, plásticos, recipientes para comida, automóviles y en materiales de construcción con la finalidad de evitar incendios o reducir el tiempo de propagación del fuego. Sin embargo, este tipo de productos se han asociado con problemas de salud y que pueden afectar principalmente a niñas, mujeres y durante el embarazo.

Los retardantes de llama han sido ampliamente utilizados y desde 1950 se inició su producción y uso a gran escala en países industrializados. Dado su uso generalizado y estabilidad química, varios PFAS son ubicuos y altamente persistentes en el medio ambiente, incluso se encuentran en áreas remotas, incluido el Ártico por lo que se cree que la mayor parte de los humanos estamos expuestos a este tipo de productos. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Exámenes de Salud y Nutrición, el 95% de la población general en Estados Unidos tiene niveles detectables de estas sustancias en el suero. En México, aunque no hay estudios se podría pensar que la misma proporción de la población estaría expuesta.

En Estados Unidos, desde 2002, 3M, el principal productor de este tipo de compuestos y algunos otros productores acordaron disminuir su producción, sin embargo, su producción

se incrementó en China y algunos otros países en Asia. Esto se dio con base en los diferentes estudios que se han llevado y que han documentado que entre los problemas de salud que se han relacionado con la exposición a PFAS incluyen alteraciones endocrinas, es decir, que se afectan los niveles de algunas hormonas -de ahí que las niñas y mujeres sean más afectadas por estas sustancias-, alteración del metabolismo de los lípidos, inmunotoxicidad. También se han asociado con el riesgo de desarrollo de obesidad, de cáncer de riñón y testicular, y con menor peso al nacer en los bebés e incremento en el riesgo de presión sanguínea o de preeclampsia en mujeres embarazadas.

Además, recientemente reportamos que la exposición a algunas de estas sustancias puede representar un factor de riesgo para eventos cardiovasculares en poblaciones altamente vulnerables. En una que realizamos en una población de diferentes estados de Estados Unidos y en la cual participaron las universidades de Harvard, UNAM, Berkeley, Boston, Massachusetts Amherst, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y el Instituto Nacional de Perinatología, encontramos que individuos prediabéticos que participaron en el estudio de la cohorte Programa de Prevención de la Diabetes, una cohorte muy famosa porque fue con la que validaron el uso del fármaco antidiabético “metformina”, que la exposición a PFAS se asocia con el incremento de la calcificación de la arteria coronaria (CAC) y con la calcificación de la aorta torácica ascendente (AsAC) y descendente (DAC). Por lo tanto, documentamos por primera vez que la exposición a este tipo de sustancias puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de problemas cardiovasculares en poblaciones de alto riesgo.

Debido a la gran evidencia que se ha dado sobre los efectos de este tipo de sustancias en la salud de la población, algunas empresas comienzan a ser responsables y a retirarlos de los productos que venden. Por ejemplo, The Home Depot, la tienda departamental más grande del mundo y que ofrece productos para la mejora del hogar y con presencia en Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico y México en septiembre del 2019 que dejaría de vender alfombras y tapetes que contengan PFAS desde el primer día de 2020, sin embargo, esta medida aplicaría solo a las tiendas de Estados Unidos y Canadá y eventualmente en México. De acuerdo con Ron Jarvis, director de sustentabilidad de The Home Depot “Excluir PFAS de las alfombras y tapetes que vendemos es otro ejemplo de nuestro compromiso compartido de construir un mejor futuro para nuestros clientes y el planeta”.

Desafortunadamente, a casi dos años no hemos visto ningún anuncio al respecto por parte de The Home Depot en México. Sería conveniente que tanto The Home Depot como otras empresas transnacionales y locales con presencia en México comenzaran a retirar del mercado productos con este tipo de sustancias. Además, es importante que tanto el gobierno, los políticos, investigadores, ONGs y agencias regulatorias pudieran poner el tema sobre la mesa y junto con la industria privada poder hacer un plan que contemple la prohibición o restricción de este tipo de sustancias en los diferentes productos como los mencionados al inicio del artículo y así poder proteger a la población de los diferentes daños a la salud.

Mientras tanto, es importante que la ciudadanía se informe mejor sobre la composición de los productos que usamos día a día y evitar aquellos que pudieran ser perjudiciales para la salud de nuestras familias e hijos. Tener un mayor conocimiento de ello involucraría comprar productos más seguros y que las empresas comiencen a restringir el uso de este tipo de sustancias dañinas como lo hizo The Home Depot en Cánada y Estados Unidos. Si desean conocer un poco más sobre este tipo de sustancias y las afectaciones que han tenido los PFAS sobre la salud y el ambiente les recomiendo ver la película con Mark Ruffalo, es una película entretenida basada en hechos reales.

Otras recomendaciones es evitar usar contenedores de comida que sean de plástico y usar mejor de vidrio. Evitar comprar comida preparada, fruta o vegetales empacados y agua embotellada. No comprar tapetes, alfombras y muebles con este tipo de sustancias. Evitar pedir pongan teflón en los muebles para proteger de las manchas.

Algunas de estas sustancias las podrán identificar en los artículos con los siguientes nombres: PFOS: ácido perfluorooctano sulfónico; PFOA: ácido perfluorooctanoico; PFHxS: ácido perfluorohexano sulfónico; EtFOSAA: Ácido N-Etil -perfluorooctano- sulfonamido acético; MeFOSAA: Ácido N-Metil-perfluorooctano- sulfonamido-acético; PFNA: ácido perfluorononanoico

Postdoctor en Salud Ambiental por la Universidad de Harvard, Investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Perinatología y Consultor en Epidemiología Ambiental y Salud Pública.

msanchezguerra@alumni.harvard.edu
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