Según el Diccionario de la Real Academia Española, sustentabilidad quiere decir “cualidad de sustentable”. “Sustentable” “significa” que se puede sustentar, “sostenible, que se puede mantener sin agotar los recursos”. Mientras el antónimo de sustentable es insostenible.
¿Es México un país sustentable, sus políticas son sostenibles?, ¿puede México mantenerse sin agotar sus recursos? Responder estas preguntas nos lleva obligadamente a pensar en acciones que debemos hacer hoy para garantizar un futuro. Desgraciadamente los mexicanos tendemos a ser cortoplacistas, cuanto más nuestra clase política que gusta de no tomar decisiones que tengan un impacto más allá de su periodo gubernamental. “Eso ya no nos toca, que lo enfrenten y lo resuelvan los que vienen” es la respuesta irresponsable del gobernante cuando un problema trasciende su etapa de gobierno.
Los países o regiones no solo deben ser sustentables con su medio ambiente y los recursos naturales, también deben serlo demográficamente, sobre todo si su tendencia poblacional es al envejecimiento. Igualmente deben ser sustentables en la salud pública y económicamente.
México arrastra graves problemas con respecto al cuidado del medio ambiente y de nuestros recursos naturales. Hay poca o nula cultura del cuidado ambiental, padecemos deforestación, contaminación, falta de agua o sequía, sobreexplotación de la fauna y los mares, no se respetan vedas; en fin, mucho por hacer en estos temas.
Sin embargo, también debemos revisar nuestra demografía para definir políticas que den sostenibilidad a los mexicanos que ya nacieron y los que nacerán en el futuro. Esto es perfectamente planeable para las necesidades de la población futura. Así debemos ver las necesidades de empleo y de servicios básicos, incluyendo vivienda, que nos presenta atender a los mexicanos que ya nacieron y hacer planes y programas para atenderlos. También debemos revisar los requerimientos de educación de los próximos 30 años, y prever el problema de envejecimiento de nuestra población en estas próximas tres décadas.
Esa demografía nos condiciona la sustentabilidad en materia de salud pública por el envejecimiento de nuestra población que demanda otras necesidades de atención médica. Padecemos problemas de obesidad que inciden en problemas de diabetes; por supuesto nuestros jóvenes tienen problemas serios de alcoholismo y drogadicción sin que exista un sistema institucional para monitorear la gravedad del problema ni para atenderlo con enfoque de salud pública.
Existen graves problemas de depresión y ansiedad junto a otros padecimientos emocionales. No hay vacunas para nuestros niños y están resurgiendo enfermedades que se pensaban superadas en nuestra niñez.
Finalmente debemos verificar si nuestra economía es sustentable empezando por el gasto público y el déficit fiscal. ¿Es sostenible la deuda pública, las pensiones y los apoyos sociales? ¿Pemex tiene futuro? ¿Hay sustentabilidad energética para los próximos 30 años? ¿Es asegurable el estado de derecho y los sistemas de seguridad publica o estamos proyectando un Estado fallido?
¿Finalmente, la cultura del emprendimiento y atracción de la inversión garantiza las necesidades de empleo para los próximos 30 años?
En fin, mucho que revisar y hacer para enfrentar las necesidades futuras del país, si no lo hacemos de manera responsable y acorde al tamaño del reto, nos estallará el país en las manos, social, política y económicamente. México no aguanta 6 años más con la irresponsabilidad de la 4T.