El pasado jueves 19 de agosto se presentó el libro “Historia de la pluralidad en EL UNIVERSAL. La construcción de la democracia en México. Los candidatos presidenciales de oposición en 1988”.

El libro de divulgación cultural es una selección de artículos de don Heberto Castillo, doña Rosario Ibarra de Piedra, de Gumersindo Magaña y de Manuel Clouthier del Rincón quienes eran colaboradores editoriales de El Gran Diario de México y a su vez candidatos presidenciales en la histórica elección de 1988.

El documento da cuenta del pensamiento y la agenda política de los protagonistas, así como de la pluralidad de la lucha política y de las páginas de opinión de EL UNIVERSAL.

Hoy es necesario reconocer y agradecer a don Juan Francisco Ealy Ortiz y a EL UNIVERSAL por hacer historia al abrir sus páginas editoriales y ser testigos de la historia a través de la edición de este ejemplar de artículos, sobre todo en estos momentos que se ha pretendido cuestionar la pluralidad y el periodismo profesional desde el púlpito presidencial.

Mi padre, Maquío, fue editorialista en EL UNIVERSAL siete años. Su primer artículo se publicó el 3 noviembre de 1982 cuando Clouthier era presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Todavía recuerdo a mi padre emocionado platicándome que lo había invitado don Francisco a ser colaborador del diario y que le había dicho “que nunca le iba censurar una palabra y, además, me dijo, me van a pagar”.

Me consta que nunca le fue censurada una palabra de sus artículos, como también me consta que como actual colaborador de la sección de Opinión que a mí tampoco me ha sido censurado un artículo, ni se ha pretendido dar línea de nada, sino que se ha sido muy respetuoso de quienes opinamos en este periódico.

Me sorprende que se quiera dar clases de empresa y periodismo desde el gobierno por quienes nunca en su vida han dirigido una empresa periodística, esto solo ilustra la soberbia gubernamental que además presume una supremacía moral que sabemos que no la tienen.

Esto me recuerda que en una ocasión un director de un periódico le habló a un columnista de opinión para censurarlo diciéndole: “Don fulano le prohíbo que escriba de sexo”: a lo que el columnista le contestó, “No, señor, usted a mí no me prohíbe nada, yo escribo lo que me da mi gana, y usted publica lo que le da la suya”. Es claro que el presidente no entiende la dignidad de los que escribimos.

Maquío dejó consignado en las páginas de EL UNIVERSAL que creía en la solidaridad, que definía cómo conjuntar voluntades por encima de nuestras diferencias para lograr objetivos de orden superior. La solidaridad es la antítesis de la lucha de clases y de la polarización que hoy se pregona.

Clouthier creía en la subsidiaridad que es la antítesis del paternalismo, ya que la primera genera independencia, mientras que la segunda genera dependencia.

Maquío creía y buscaba la verdad que es antítesis de la demagogia y la mentira; creía en la democracia que es lo contrario del autoritarismo y creía en el respeto a la pluralidad y en el diálogo, este último como herramienta política fundamental para construir un país en armonía y prosperidad.

Por la importancia del diálogo como herramienta política es que nos decía reiteradamente en sus artículos que nadie tiene el monopolio de la verdad, ni la brújula de la historia. Hoy es necesario convocar al poder y a las fuerzas políticas, al respeto y al diálogo para poder iniciar la reconstrucción de México.

Ingeniero industrial, empresario

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