El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), también conocido como Tec de Monterrey, inició sus operaciones docentes un 6 de septiembre de 1943.
Este año de 2023, el Tec cumple 80 años formando profesionistas competitivos internacionalmente, y a lo largo de este periodo sus egresados han participado activamente en el crecimiento económico y el desarrollo social y político de nuestro país.
El Tec de Monterrey nació en el México postrevolucionario, en el sexenio del general Manuel Ávila Camacho, en una ciudad que destacaba por su perfil industrial. Estados Unidos estaba inmerso en plena segunda guerra mundial y crecía económicamente después de la gran depresión de 1929.
En este contexto, un grupo de empresarios regiomontanos visionarios, liderados por don Eugenio Garza Sada quien dirigía entonces Cervecería Cuauhtémoc, funda el ITESM.
Don Eugenio había estudiado ingeniería civil en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desde donde acarició la idea de fundar una institución universitaria como la de Boston en la que sus egresados fueran profesionistas competitivos y agentes de cambio en sus comunidades.
El Tecnológico inicia con 350 alumnos en las escuelas de ingeniería, bachillerato y estudios contables, y su primer director fue el Ing. León Avalos Vez. Hoy el sistema Tec cuenta con casi 100 mil alumnos y tiene presencia en 20 estados de la república, nos dice David Garza Salazar, su actual rector.
En 1983, hace 40 años, un grupo de empresarios encabezados por Manuel Clouthier del Rincón, Maquío, lograron ampliar las oportunidades universitarias en Sinaloa alcanzando la apertura del Tec de Monterrey, campus Culiacán. Este inició sus operaciones en un edificio facilitado por la familia Ritz Iturrios, por lo que los consejeros se dieron a la tarea de buscar terrenos para la construcción de instalaciones propias. Compraron el terreno actual y tramitaron los permisos para construir los edificios.
Desde el asesinato de don Eugenio Garza Sada en 1973, el ITESM se había tornado muy timorato en sus relaciones con el gobierno por lo que un requisito para instalarse en una entidad era que el gobernador diera su beneplácito.
Desde la segunda mitad de los años 70s, Maquio Clouthier había gestionado llevar el Tec, su alma mater, a Sinaloa, pero el gobernador cetemista Alfonso Calderón (1975-1980) había rechazado la iniciativa.
El sucesor de Calderón, don Antonio Toledo Corro, Gobernador de Sinaloa (1981-1986), no pudo negarse, ya que su hijo Abraham era el gestor de la apertura del ITESM en Mazatlán.
Maquio Clouthier, presidente fundador del Tec de Monterrey en Culiacán, se había destapado públicamente como panista y opositor al viejo régimen priista en 1984, por lo que el gobernador Toledo Corro negó los permisos de construcción del Tecnológico poniendo 2 condiciones: Clouthier debía renunciar a la presidencia del patronato, y don Eduardo Ritz debía asumir la presidencia, solo así se otorgarían las licencias.
Cuando mi padre me comentó esta situación, le pregunté ¿qué vas a hacer?. “Voy a renunciar, yo no necesito medallas; lo importante es que las cosas se hagan”, me contestó tajante.
Así el nuevo presidente de la asociación que auspicia al Tec de Monterrey en Culiacán fue don Eduardo Ritz, y el ITESM borró a Maquío como presidente fundador. 40 años después sigue sin aparecer el nombre de Clouthier en la historia del Tec como fundador.