Los Estados Unidos de América históricamente ha sido un país bélico y con un ejército muy poderoso. Basta recordar su importante participación en el derrocamiento del régimen de Hitler de la Alemania nazi en la segunda guerra mundial. Y el lanzamiento de las bombas atómicas contra Japón en Hiroshima y Nagasaki que nos ilustran el desarrollo armamentista de dicho país.
El presupuesto militar de ese país es muy importante y creció desmesuradamente durante la guerra fría con la Unión Soviética. Sin embargo, en EU también existe una muy arraigada cultura individual, no solo de gobierno, por tener armas, practicar el tiro como deporte y como defensa personal, e incluso la cacería como hobby de la actividad cinegética.
Como ejemplo de la cultura de posesión de armas en Estados Unidos, les platico de un amigo en California que en su casa tiene un sótano con más de 150 armas de fuego donde destacan los rifles que había comprado para su esposa y sus hijos menores de edad, asi como una ametralladora Barret calibre .50.
La industria de armas también tiene un longevo arraigo. por ejemplo, Smith and Wesson, la mayor fabricante de armas cortas en los Estados Unidos, fue fundada en 1852, y Colt, la prestigiada marca de revólveres, fue fundada en 1835 por Samuel Colt quien perteneció a la francmasonería y actualmente está en el salón de la fama como inventor.
Es difícil entender esta cultura armamentista por países como el nuestro dónde históricamente ha estado prohibida la venta de armas en el México postrevolucionario, y solo recientemente es posible adquirirlas legalmente directamente de la Sedena si perteneces a un club cinegético.
Los americanos defienden su derecho constitucional a tener armas de fuego, derecho consagrado en la segunda enmienda. Y para defender este derecho existen organizaciones políticamente poderosas como la National Rifle Association (NRA), que se presenta como “la organización de derechos civiles más antigua de los Estados Unidos”, ya que nació en 1871.
La NRA desde 1934 ha tenido una participación política, legislativa y de presión para evitar cualquier medida de control de armas. Se dice que 9 presidentes de EU han sido miembros de la NRA y que esta organización tiene más de 5 millones de miembros y 19 millones de simpatizantes.
Hace unos días el gobierno mexicano demandó a los fabricantes de armas de EU ante un Tribunal Federal de Boston con el argumento de que sus prácticas comerciales negligentes e ilegales han provocado la muerte de muchos mexicanos, y con esta demanda se espera obtener una compensación económica millonaria.
La anterior acción me hizo recordar la payasada del entonces presidente Felipe Calderón cuando en febrero de 2012 fue a la frontera a develar un anuncio espectacular que decía: “NO MORE WEAPONS”, como reclamo a los Estados Unidos por la llegada de armas ilegales a México.
Sorprende que el gobierno de AMLO haga este show legal para “combatir la violencia”, cuando no está dispuesto a emprender ninguna acción en contra del crimen organizado en nuestro país; sabemos que no existe crimen organizado sin apoyo institucional, y que como dice el juez italiano Giovanni Falcone: “la mafia, como patología del poder, se convierte en Estado allí donde el Estado se halla trágicamente ausente”.