La pasada visita del dictador cubano Miguel Díaz-Canel como invitado especial y orador huésped el día de la independencia de México, previo a la cumbre de la CELAC, reafirma el vínculo del gobierno de López obrador con Cuba.
También la asistencia del dictador venezolano Nicolás Maduro a la cumbre de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC) fue el primer viaje oficial después de que Estados Unidos en marzo de 2020 lo acusara de narcotráfico y ofreciera 15 millones de dólares de recompensa por su captura.
La cercanía que mostró el presidente López con los dictadores de Cuba y Venezuela manda un abierto mensaje de desafío a los Estados Unidos de América, nuestro vecino del norte y principal socio comercial.
México marcó distancia con el gobierno de Nicaragua, que no es ideológica sino personal. El presidente López Obrador ha denunciado a través de la cancillería los atropellos a los derechos humanos de Daniel Ortega, mismos abusos que se practican en Cuba y Venezuela; y, sin embargo, estas violaciones no han sido señaladas, ni México ha tomado distancia de Cuba y Venezuela como lo hizo de Nicaragua.
El diferendo personal de López Obrador con el presidente Ortega obedece a que después de la elección de 2006 donde López se dijo robado electoralmente, Ortega fue electo presidente de Nicaragua por segunda ocasión y fue invitado por el entonces presidente mexicano Felipe Calderón a una visita oficial el 27 de junio de 2007 y sostuvo reuniones oficiales con el presidente Calderón; López Obrador lo tomó como una traición.
El abierto desafío a Estados Unidos por un deliberado acercamiento con China y los regímenes autoritarios marxistas de Latinoamérica y el Caribe por parte del presidente López Obrador, me hizo recordar que el 24 de noviembre de 1982 mi padre Maquío escribió un artículo titulado Un viaje anunciatorio, sobre su visita a Nicaragua y el viaje que realizó el entonces presidente José López Portillo a la nación centroamericana para ser condecorado por el frente sandinista.
Nos narra Maquío: “En Nicaragua fueron atendidos por los dirigentes del sector empresarial, encabezados por su líder, Enrique Dreyfus… el sector empresarial de Nicaragua luchó contra Somoza como un grupo patriota, y ahora sin abandonar su tierra, se enfrentan a un grupo de ideas marxistas que pretenden acabar con ellos y con las libertades en ese país… el diario La Prensa hace un periodismo honesto y también luchó contra Somoza, y aun así ha sido cerrado varias veces por el gobierno sandinista, lo que significa que allá no hay libertad de prensa.
“En Nicaragua es costumbre tener presos en calidad de rehenes a empresarios para amedrentar a los demás. A mi regreso de Nicaragua a México pedí cita con el presidente López Portillo para contarle lo que habíamos visto”. Nos dice Maquío: “El anuncio del viaje de nuestro mandatario a Nicaragua no ayudaba a la confianza que nuestro país requería. Le dije que el sector empresarial estaba inquieto por su anunciado viaje sobre todo cuando se trataba de recibir una presea otorgada por un gobierno desprestigiado como el sandinista: ‘¿Está usted diciendo que los dólares están saliendo por mi viaje?’, cuestionó López Portillo y le dije que no precisamente, ya que los dólares salían por mantener el peso sobrevaluado, pero que era evidente que ese viaje no tranquilizaba las finanzas”.
39 años han pasado de que Maquío nos narrara aquel despropósito del presidente de México y hoy vemos que el actual Presidente no aprende de la historia.
Ingeniero industrial, empresario