Al PAN, a los panistas y a sus simpatizantes les cayó mal ser gobierno federal. Desde 1983 al año 2000 ganaban presidencias municipales y gubernaturas y se esmeraban por ser y hacer un buen gobierno.

Los panistas buscaban en sus gobiernos locales escuchar a la gente y promover la participación ciudadana, hacer obras que resolvieran necesidades sociales, trabajaban en la mejora del recurso humano y de los sistemas de seguridad pública, etc. Todo para servir y diferenciarse de los malos gobiernos priistas.

Al ganar Vicente Fox la Presidencia de la República, al inicio se respiraba este ambiente sano de gobernar sirviendo, sin embargo, con el paso del tiempo el sexenio de Fox fue cambiando y a los panistas les empezó a gustar hacer negocios al amparo del poder. Quizá el mejor ejemplo fueron los hijos de Martha. Esto generó el desencanto de la sociedad con el PAN porque la promesa histórica era que serían diferentes y especialmente honestos.

El presidente Felipe Calderón llega bajo la sombra de un dudoso triunfo en las elecciones de 2006 y por este motivo Calderón toma el poder muy resentido con el PAN, especialmente con quienes no lo habían apoyado, por lo que se dedicó a cobrar venganza y se ensañó particularmente contra quienes habían simpatizado con Santiago Creel.

Fox fue respetuoso del PAN, pero el panismo se subordinó ignominiosamente al presidente Calderón. El partido no supo entender su rol como partido en el poder y cómo podían contribuir a que el gobierno mejorara. Se convirtieron en “yesmen” del Presidente, se aceptaba todo lo que viniera de Los Pinos.

Calderón, frustrado por no poder gobernar el país, se propuso controlar el partido y destruir a quienes no habían acompañado su proyecto.

Siendo el Presidente de la República, Felipe Calderón, y presidente del PAN, Gustavo Madero, este último un hombre de ideas claras pero que le gusta mucho el dinero, recibí una carta del PAN que me niega la posibilidad de ser precandidato a la senaduría en 2012. Como no soy militante requería esa carta del CEN que autorizara mi participación.

El oficio lo recibí el 17 de diciembre de 2011 y decía que yo le causaba mala imagen al PAN. Apoyaban su negativa con 2 publicaciones periodísticas en las que yo criticaba al gobierno de Vicente Fox y al gobierno de Calderón.

A Calderón lo critiqué por no combatir al Cártel de Sinaloa, ya que siendo sinaloense y diputado federal, era mi obligación exigirle al gobierno que limpiara mi estado natal. Ahora sabemos que al cártel sinaloense no se le tocó ni con el pétalo de una rosa por la complicidad que lleva el nombre de García Luna.

Así, mientras yo “le causaba mala imagen al partido”, el PAN en 2013 postulaba a la “chapodiputada” Lucero Sánchez como candidata, siendo presidente nacional del CEN, Gustavo Madero.

En 2023/24 siendo presidente del CEN, Marko Cortés, el PAN se alió con el PRI y con Melesio Cuén en Sinaloa; este último quien ahora sabemos era un narcopolítico, “viejo amigo” del Mayo Zambada.

Todo lo anterior ilustra el pragmatismo del PAN haciendo a un lado sus principios e historia, por lo que vale recordar que desde el 4 de enero de 2012 publiqué un desplegado titulado “Yo acuso” donde señalo “que, si el PAN no vuelve a sus fundamentos básicos, el partido habrá perdido el rumbo de su historia, y el país habrá perdido un baluarte del México que queremos ser y tendremos un partido reflejo del México que somos”.

Todo indica que, al igual que al país, al PAN ya lo perdimos; y que recuperarlos de nuevo será una tarea de muy largo plazo.

Ingeniero industrial y empresario

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