El domingo pasado por la noche el consejero del INE Ciro Murayama declaraba con triunfalismo el éxito de la jornada electoral por ser ejemplo de organización al coordinar exitosamente un millón y medio de ciudadanos para realizar la elección. También destacó que se había tenido la mayor participación para una elección intermedia en lo que va del siglo.
A su vez el consejero Murayama resaltó la vasta pluralidad que se expresó en las urnas, ya que “no hay una sola fuerza política que por sí misma domine el Congreso”. Igualmente concluyó el representante que la sociedad mexicana es diversa, compleja y plural que se está expresando de manera pacífica y cívica.
No le falta verdad al consejero Murayama, sin embargo, son verdades a medias que obligan al INE a realizar una profunda reflexión sobre lo que realmente pasa en la imperfecta democracia mexicana, cuáles son sus oportunidades de mejora, sus debilidades, amenazas, y los compromisos del Instituto para mejorarla.
En lo que respecta a la organización, en Sinaloa la presidenta del IEES (INE Estatal) informó que a las 11:00 horas de la mañana del domingo se habían abierto solo el 60% de las casillas del estado, principalmente por ausencia de funcionarios. Es decir, existía un retraso de 3 horas en la apertura de 40% de las casillas.
Esto puede reflejar 3 posibles situaciones: una desorganización por parte del INE y el IEES, una irresponsabilidad de los ciudadanos, o bien una estrategia para abrir tarde en determinados sectores y asi perjudicar a ciertos candidatos. Esto ultimo ya lo vivimos en Sinaloa en 2009 en el distrito 05.
También el llenado de actas por parte de los funcionarios en las casillas, así como la integración de los paquetes electorales sigue siendo complejo y no garantiza inviolabilidad de los paquetes, ya que se entregan en los comités distritales.
Continuando con el tema de organización fue el propio INE el que en un comunicado firmado del comité técnico asesor del conteo rápido para la elección de gobernador de Sinaloa 2021 nos dice: “Con los datos recibidos a las 00:00 hora del centro, 23:00 hora del Pacífico del día 6 de junio, se informa lo siguiente: de las 750 casillas que integran la muestra, se recibió información de 488 casillas, las cuales representan el 65.1% de la muestra total”.
Yo mismo como funcionario de casilla pude constatar que el joven asignado por el INE como CAE no podía leer unos códigos QR que le habían dado para enviar datos de conteo rápido.
Por otro lado, la jornada del domingo, como las campañas electorales, se vieron empañadas por una gran violencia de grupos armados que generaron en algunas zonas pérdida de vidas, agresiones diversas y amenazas que incidieron en el ejercicio del “voto libre y secreto.”
Diversos informes reportan más de 90 políticos asesinados y casi 700 agresiones contra políticos y candidatos generando que el proceso electoral 2021 sea el más violento de los últimos 20 años.
En Sinaloa lo vivimos, grupos armados amenazaron poblados enteros diciéndoles que si no ganaba determinado partido habría represalias contra la población, esto solo como ejemplo de la violencia que se vivió en el estado, aunque hubo muchos otros tipos de violencia electoral. Lo curioso es que los hechos violentos en Sinaloa con tintes electorales fueron en su mayoría contra un color político, es decir probabilísticamente no se sostiene la tesis de hechos delictivos aislados ya que había una clara intencionalidad contra determinado grupo político.