Se acaban de cumplir 2 años que Andrés Manuel López Obrador fue electo democráticamente como el primer presidente de izquierda en nuestro país. Solo tiene 19 meses gobernando por lo que algunos dicen que debemos darle tiempo para dar resultados.

No obstante el corto periodo, yo creo que es suficiente tiempo para saber el rumbo y el estilo de su gobierno izquierdista, aun considerando el contexto de la pandemia y la economía mundial en el que se desarrolla. El presidente López ha sido muy bueno en la retórica y en la demagogia, pero no ha sido ni eficaz ni eficiente en sus acciones gubernamentales.

En los temas de seguridad nacional y seguridad pública su gobierno está rebasado. Así ha quedado demostrado dada la soberbia con la que se conduce el crimen organizado en todo el país; sean estos cárteles el de Sinaloa, el de Jalisco, Michoacán o Santa Rosa de Lima, todos se conducen con un abierto desafío al Estado mexicano, sin que se visualice una estrategia para que esto cambie.

Es necesario destacar el acierto del nombramiento de Santiago Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera y aplaudir las acciones de ésta para combatir las finanzas de los cárteles y el lavado de dinero.

Por otro lado, la violencia está desbordada. Solo en el primer año de AMLO se tuvieron 34,579 asesinatos según SESNSP. Y los primeros 18 meses de este sexenio fueron asesinadas más de 53 mil personas, entre ellas 5,800 mujeres. Este número de asesinatos duplica en el mismo periodo los del sexenio de Felipe Calderón, y es superior un 55 % a los del expresidente Peña Nieto.

“2019 es el año más sangriento” de la historia moderna de nuestro país, nos dice el periodista Jorge Ramos, ya que supera los homicidios dolosos de 2011, año más mortífero del sexenio de Calderón. También en materia de la seguridad pública no se ven acciones concretas ni de coordinación con los estados, para que la seguridad mejore; al contrario, es posible que empeore en la medida que se agrave la economía.

En materia económica, 2019 se mostró prácticamente con una parálisis al tener un crecimiento del PIB del -0.1%, por primera vez negativo en una década. Este primer año se perdieron 382,210 empleos formales según los registros del IMSS.

Para 2020, agravada la situación económica por la pandemia Covid-19, se espera una caída del PIB entre -7% y -11%, lo que hará de esta una peor crisis que las de 1995 y la de 2009.

Desde el inicio de la pandemia, el IMSS ha reportado que la economía formal ha expulsado más de un millón de mexicanos a la calle sin empleo, aún asi el Presidente nos dijo que le cayó como anillo al dedo para sus verdaderos fines. También el Presidente ha desdeñado la gravedad de las crisis sanitaria y económica, por lo que no implementó ningún programa serio para la protección del empleo y de las PYMES.

Por otro lado, la inversión extranjera directa (IED) en 2019 creció un 3% más que el año anterior, y nuestro país recibió 35 mil millones de dólares de inversión extranjera según la UNCTAD. De esta cantidad más de la mitad fueron reinversión de utilidades.

Mientras ese mismo año la inversión productiva total en México disminuyó representando el 20.9% del PIB, siendo el más bajo desde 2005. Con la inversión productiva se generan nuevas oportunidades de producción y empleo por lo que los especialistas consideran que esta debería representar el 24% del PIB para sostener el ritmo de crecimiento económico que necesitamos. Sin embargo, esto se ve difícil por la desconfianza y la confortación que ha generado el Presidente con el sector privado.

El primer trimestre del 2020 la inversión total siguió cayendo para ubicarse en 19.6% del PIB, muy por debajo del 22.7% del PIB que representó en el tercer trimestre del 2018. previo a la toma de posesión de López Obrador.

Continuaremos este análisis en nuestro próximo artículo.



Ingeniero industrial y empresario

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