En nuestro artículo anterior, titulado “Crecimiento o desarrollo” dijimos que una de las fórmulas para calcular el producto interno bruto es: PIB es igual a consumo privado (C)+ Inversión empresarial (I) + gasto público (G) + comercio exterior neto (X-M).

La desaceleración económica internacional puede arrastrar a la economía de nuestro país. Así la semana pasada tuvimos noticias del desempeño económico negativo de Alemania, la economía más grande de la eurozona, y la desaceleración de la actividad industrial de china; ambas noticias según los especialistas podrían ser preámbulo de una posible recesión mundial.

Una crisis económica global tendría impacto directo e inmediato en 2 variables de la fórmula del PIB Mexicano. Primero, en el comercio exterior neto al generar una posible reducción de las exportaciones; segundo, al disminuir la inversión extranjera directa en nuestro país, ya que al verse nubarrones en la economía internacional el capital tiende a buscar seguridad en países que ofrecen confianza por la solidez de sus instituciones que garantizan mayor estabilidad económica, política y social.

También una recesión mundial impactaría negativamente la inversión productiva nacional, ya que los inversionistas privados serían más cautelosos con sus decisiones de inversión o pedirían mayor rendimiento a las mismas en función del mayor riesgo. Igualmente el consumidor mexicano puede optar por ser más prudente en su gasto personal y con sus inversiones como renovar su automóvil, sus enseres domésticos o comprar vivienda, todo esto con la lógica de “vamos a esperar a ver como vienen las cosas”.

La semana pasada Banxico redujo la tasa de interés a un 8%, el Presidente López Obrador reconoció un entorno económico mundial difícil y aplaudió la acción del banco de México. Sin embargo Banxico en su informe recomienda que el gobierno debe impulsar medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión; y señala que “Es necesario atender el deterioro en la calificación crediticia soberana y de Pemex, así como cumplir las metas fiscales para el 2019”.

También Banxico destacó la importancia de que al paquete económico para el 2020 que presentará el Ejecutivo al Congreso el próximo mes de septiembre genere confianza. Así mismo el comunicado indica como “indispensable” fortalecer el Estado de derecho, abatir la corrupción y combatir la inseguridad.

El presidente López Obrador, como es su costumbre se molestó por las recomendaciones del Banco Central y dijo: “hasta opinan más de la cuenta, hasta se quieren meter en el manejo de la política económica que nos corresponde a nosotros”, concluyó.

El presidente olvida que el Banco de México tiene por mandato constitucional, autonomía y la misión de “procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, y de acuerdo a su ley orgánica tiene también la función de prestar servicios de tesorería al gobierno federal y fungir como asesor del gobierno en materia económica, y particularmente, financiera. El buen desempeño del banco central contribuye al desarrollo adecuado de la actividad productiva y la eficiencia en el funcionamiento de los mercados.

Esperemos que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador escuche consejos y entienda que si bien la economía no es el eje rector de su plan gubernamental, sí será una mala economía la que puede acabar con las expectativas de transformación en los ciudadanos. Confiamos en que la 4T actúe con responsabilidad y no con soberbia ni irresponsablemente. Las épocas donde la economía se manejaba desde Los Pinos dejaron muy malas experiencias, peores que las del periodo neoliberal.



Ingeniero industrial y empresario

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