México, indiscutiblemente es una potencia turística, pues gracias a su riqueza natural y cultural se ha posicionado a lo largo de las últimas décadas como uno de los centros de atracción de turistas más importante del orbe.
A este sector prioritario y dinámico también se le conoce como la “industria sin chimeneas”, pues como área estratégica de la economía no sólo genera grandes intercambios monetarios, sino también, en algunas regiones se constituye como el principal generador de empleo y por ende de sustento para las familias, haciéndolo de forma sostenible.
Es el caso que en México la importancia que adquiere esta rama es trascendental, ya que se estima que las actividades turísticas aportan 15.5% al PIB nacional; además, de acuerdo con datos del Inegi la población ocupada en el sector asciende a 4 millones 500 mil personas, representando 8.8% del empleo en todo el país.
Evidentemente, no se trata de un hecho menor la atención y visión que debe darse a la industria sin chimeneas en nuestro país, pues en años recientes se ha enfrentado a grandes resistencias que han mermado profundamente el aprovechamiento del inmenso potencial que posee México.
Desde la llegada del actual gobierno federal el sector turístico se vio increpado por una serie de medidas que al amparo de una mal entendida “austeridad” arrasó con estrategias y programas que rendían frutos favorables, principalmente en lo referente a la promoción; sin perder de vista la incertidumbre que se ocasionó para el desarrollo de infraestructura viable y sustentable.
Aunado a lo anterior, la pandemia sanitaria ocasionada por el virus SARS-CoV-2 indudablemente se erigió como un severo estremecimiento a las actividades turísticas, pues las medidas de aislamiento social significaron que, en el año 2020, México dejara de recibir a más de 20 millones de turistas extranjeros, lo que supuso una caída de 46% respecto a 2019. En el mismo sentido, según la OIT en el segundo trimestre de 2020 el 45% de las personas que se dedicaba al sector turístico perdió su empleo.
Y si bien es cierto que nos encontramos en una etapa de recuperación postpandemia, también lo es que con gran apremio se debe reflexionar y actuar en favor de recuperar el vigor turístico por el que destacaba nuestro país.
Sobre este particular, la Organización Mundial del Turismo (OMT) proclamó celebrar anualmente el 27 de septiembre el “Día Mundial del Turismo”, con el propósito de generar conciencia acerca del valor polifacético que posee dicha actividad.
Para este año, la OMT determinó como tema central “Repensar el turismo”, significando una inexcusable oportunidad para inspirar al debate sobre el replanteamiento que el sector necesita en esta coyuntura y crecer de forma sostenible.
No podemos permitir que México siga descendiendo en el ranking de los países con más visitas internacionales a nivel mundial, pues fue un loable logro que con el esfuerzo del binomio sociedad-gobierno se fue consolidando, al grado de que nuestra nación se posicionó como el sexto país más visitado.
La estrategia turística de México es más que un Tren. Requiere con urgencia convocar a un Acuerdo Nacional en favor del turismo con la convergencia de los sectores público, privado y social, poniendo como metas ampliar la presencia de México en foros y ferias internacionales, destinar un presupuesto útil para el sector, mejorar la infraestructura, fondear la rehabilitación de centros turísticos afectados, entre otros aspectos. Sin duda alguna, es momento de repensar el turismo.
Senador de la República.
@manuelanorve
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