En ejercicio de la facultad que le confiere la fracción IV del artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el pasado miércoles 08 de septiembre el Presidente de la República, por conducto del titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, presentó ante la Cámara de Diputados el Paquete Económico para el ejercicio fiscal del año 2022, el cual incluye la iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación y los Criterios Generales de Política Económica.

No es un hecho menor, pues se trata del documento que rige y describe la cantidad, la forma de distribución y el destino de los recursos públicos a cargo del Estado, presentando de forma ordenada y sistemática la información sobre el gasto público. De ahí que dicho documento sea de gran importancia para dirigir la vida pública nacional.

Sin embargo, ha sido una constante preocupante que el gobierno federal en turno ha presentado de nueva cuenta un proyecto sin rumbo, que no entiende ni atienda las verdaderas causas y demandas que atraviesa la población mexicana, priorizando proyectos faraónicos y la entrega de programas asistencialistas, dejando a un lado el robustecimiento de las partidas en materia sanitaria, recuperación económica, educativa y de seguridad, que son los verdaderos lastres que vive nuestro país.

Incluso es más alarmante lo que sucede en materia turística, pues es un hecho inconcebible que en tres años de gobierno la industria sin chimeneas sea uno de los rubros más golpeados y abandonados, situación que se acrecentó con la pandemia del virus SARS-CoV-2.

En ese sentido, es posible apreciar que la única prioridad que el gobierno federal tiene en el ramo turístico es el proyecto del Tren Maya, que acapara un amplio margen de los recursos asignados en el sector, aumentando en comparación con el año en curso en 73.4%, al destinarse un monto total de 62 mil 942 millones de pesos.

Es menester aclarar que el hecho de apostar por grandes proyectos de infraestructura no representa un error de propuesta, lo que sí es inentendible es que se deje abandonada la canalización de recursos en rubros que han demostrado dar grandes beneficios inmediatos, como lo es la promoción turística, o incentivar el desarrollo de infraestructura para todas las regiones turísticas del país. Además, ante la crisis que vive la industria sin chimeneas, los gobiernos deben enfocarse en promover el turismo local de manera puntual, pero efectiva. Pues las y los que viven del turismo también requieren de apoyos económicos y de incentivos fiscales para hacer frente a esta difícil etapa.

En virtud de lo anterior, la coyuntura política actual representa una gran oportunidad para el camino que habrá de seguir el panorama turístico el año por venir, donde será vital adoptar una postura de defensa a pilares como la promoción turística, incentivos para las personas físicas y morales que dependen del turismo y requieren respaldo, así como reorientar el destino de los recursos para proyectos de infraestructura considerando todas las regiones que dependen de esta actividad económica.

Lo inmediato, de lo que seremos testigos, reside en que en las próximas semanas, en la Cámara de Diputados —como órgano legislativo con la facultad exclusiva—, será examinado, discutido y aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación, teniendo a más tardar el día 15 del mes de noviembre, oportunidad ineludible para revitalizar a la industria sin chimeneas.

Senador de la República.
@manuelanorve

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