En las democracias contemporáneas la rendición de cuentas de los servidores públicos se ha erigido como una de las premisas esenciales que abonan en favor de un mejor desempeño de sus funciones, así como para perfeccionar el vínculo con la población al cristalizar toda acción gubernamental que pudiera tener implicaciones en el día a día de las personas.

Bajo esta tesitura, una sociedad informada ejerce un papel más participativo y congruente con las verdaderas demandas que la acongojan y vislumbra con mayor claridad la capacidad de respuesta que los representantes populares brindan para hacer frente a ellas. De tal manera que este conocimiento les permite respaldar a quienes expresen fielmente las necesidades y aspiraciones colectivas.

En esta sinergia el Congreso Mexicano al ser el ente que por antonomasia representa a la población tiene a su cargo un ineludible compromiso con informar periódicamente a la sociedad sobre el trabajo que se realiza a su interior; y más allá de tratarse de una obligación reglamentaria para y los legisladores, así como para los órganos de trabajo, se trata de una oportunidad sustancial para dar a conocer a la sociedad mexicana algunos de los resultados, acciones y posicionamientos más relevantes realizados en el año legislativo.

En esa virtud durante este año, muchas fueron las exigencias de diversos sectores de la población, como los campesinos, agricultores, ganaderos, pescadores, artesanos, transportistas, mineros, empresarios, así como todas las personas que viven de los sectores de servicios, particularmente del turismo. No es menor señalar que en medio de una crisis sanitaria cada uno de estos sectores sufrieron severos embates de naturaleza económica acaecidos en gran medida por las malas decisiones tomadas por el gobierno federal.

A ello hay que precisar que al servidor público de la Secretaría de Salud del gobierno federal al que se le encomendó el manejo de la crisis ha realizado un papel deplorable, no solo en el terreno de la pandemia por el virus SARS-CoV-2 con una cifra de muertos real incuantificable, sino también por el desabasto de medicamentos y la falta de apoyo a instituciones que brindan servicios especializados.

En esta etapa, levanté la voz en favor de garantizar el abasto de insumos médicos, incluyendo el oxígeno medicinal y castigar a quienes subían exageradamente los precios de los mismos, al tiempo de exigir reiteradamente que la Secretaría de Salud federal cumpla con su compromiso con la población.

En lo concerniente a la capacidad de respuesta del gobierno federal ante los desastres naturales, insistí en el error que se cometió con la desaparición del Fonden, que si bien es cierto era perfectible, también lo es que su erradicación de tajo implicó un profundo declive para las regiones afectadas.

Propugné contra la trata de personas y los delitos asociados que tanto lastiman a nuestra infancia, así como por la extinción del matrimonio infantil forzado que es una triste realidad que aflige a más de 300 mil niñas.

En otros temas, durante este año hice eco de los reclamos de las y los guerrerenses por bajar el precio de la luz, reducir el costo del peaje a las autopistas en temporadas vacacionales como motor para la reactivación turística, y abogué en favor de promover apoyos para las micro, pequeñas y medianas empresas.

Estos, entre algunos otros rubros fueron de los que tuve oportunidad de compartir a la población en el marco de la presentación de mi tercer informe de actividades legislativas, dando cuenta de algunas de las acciones que defendí desde el Senado de la República, al tiempo de exteriorizar mi fiel e incansable compromiso con seguir el camino de la defensa y promoción de las demandas de las y los mexicanos.

@manuelanorve
*Senador de la República

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