Los efectos económicos de la Contingencia Sanitaria del Covid-19 son complejos, y representan uno de los retos más grandes para todos los países del mundo durante las últimas décadas, ya que el aislamiento social y la suspensión temporal de las actividades productivas no esenciales han repercutido en gran medida en las fuentes de empleo e ingresos para millones de personas.

Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo ha alertado sobre un importante freno total o parcial de los centros de trabajo, que ya afecta a cerca del 81 por ciento de la fuerza de trabajo en todo el orbe.

La magnitud de tales medidas, requiere igual correspondencia en cuanto al compromiso de los gobiernos por impulsar políticas públicas extraordinarias, apremiantes y eficientes que se especialicen en hacer frente a los estragos económicos que ya están afectando de forma directa a millones de personas.

Sin embargo, en el caso de nuestro país pareciera que a la fecha el gobierno federal no ha logrado dimensionar el impacto económico tan atroz que pudiera tener el no reaccionar en tiempo y forma a la situación extraordinaria que se vive. Pues algunas estimaciones refieren que la economía mexicana se contraería al menos un 8 por ciento durante este año. Situación que podría agonizar más, luego de la presentación de un Plan Económico no apegado a la realidad, que dejó pasar la oportunidad de unir los esfuerzos de los sectores público, privado y social, para privilegiar el bienestar económico de toda la población.

Con el Plan presentado el pasado 5 de abril, el Ejecutivo Federal ha olvidado y abandonado al motor principal para la generación de empleos en el país, dejando desamparadas a las micro, pequeñas y medianas empresas. No es menor señalar, que el hecho de apoyar a estas organizaciones se traduce en respaldar a millones de mexicanos, ya que se estima que el 68% de los empleos registrados en el país se encuentran en estas sociedades mercantiles, con grandes aportaciones para el empleo y la economía nacionales.

Además, es sumamente preocupante la carencia de estrategias especializadas para algunos de los sectores de la economía que han sufrido los mayores embates por la Contingencia sanitaria, como lo es el turismo donde se existe una política pública desde el orden federal que no deje solas a las familias mexicanas que dependen de esta actividad.

Aunado a lo anterior, es importante precisar que el gobierno federal ha perdido el sentido de lo que es prioritario para nuestro país en estos momentos, al seguir insistiendo en avanzar en obras faraónicas, que no reflejan la realidad de lo que México necesita. Pues ninguna persona con un familiar enfermo preferiría que en estos momentos su país construyera una refinería en lugar de traducir esos recursos en insumos médicos y mayor personal para atender la Contingencia.

Sin duda alguna, lo que México necesita hoy más que nunca es dejar a un lado las improvisaciones, las diferencias y la insensibilidad social, política y económica, para dar paso a un imprescindible pacto nacional entre los gobiernos federal, estatales, municipales, así como el sector privado y la sociedad mexicana para acordar las medidas amplias e integrales, que tanto desde el enfoque sanitario como en la perspectiva económica apoyen con eficiencia a las familias mexicanas y a las fuentes de empleo para nuestro país.

Senador de la República
@manuelanorve

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