“Siempre es peligroso para los pueblos dejar todo el poder en manos de un solo hombre” —Francisco I. Madero

Hace cuatro años México vivió su tercera transición democrática en la historia de la Presidencia de la República, momento en el que poco más de 30 millones de mexicanos dieron su voto de confianza a otro proyecto de nación. Sin embargo, en el tiempo transcurrido es posible apreciar que la realidad contrasta de una forma desfavorable.

En materia económica, desde el año 2019 se empezaron a sentir los embates de un desgobierno, ya que la economía mexicana se contrajo 0.4%; y para 2020, con el mal manejo de la pandemia la economía se contrajo 8%, el peor dato desde la crisis de 1929; y en 2021 y 2022 la recuperación no fue cercana a lo esperado.

La educación fue otro rubro materia de severas afectaciones, pues programas funcionales se erradicaron y se dejó en el abandono a millones de familias, acabando con sus oportunidades. No sólo es sabido que la pandemia dejó a 5 millones de estudiantes fuera de las aulas, sino también que la ausencia de una política educativa eficaz en esta etapa ocasionó que las y los mexicanos perdieran, en promedio, aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad.

Por otra parte, la pérdida de empleos durante la pandemia fue crítica, llegando a una cifra cercana a los 12 millones, y si bien es cierto que en los años posteriores se ha fue dando una recuperación paulatina, también lo es que muchos de ellos se han dado en la informalidad, concluyendo en que tres de cada cinco mexicanos no cuente con seguridad social; al tiempo de existir un desajuste entre el sistema educativo y el productivo, ya que por cada 6 egresados solo se genera un empleo. Asimismo, más de 1 millón de negocios cerraron por carencias económicas, implicando afectaciones para millones de familias que dependían de estos.

En otros ámbitos como la impunidad la numeraria enciende las alarmas, pues en México no se denuncia el 94% de los delitos; asimismo, tan sólo 1 de cada 10 mexicanos confía en los ministerios públicos y México es el segundo país de Latinoamérica donde la población se siente menos segura y desconfía más de la policía, solo detrás de Venezuela.

En salud nuestro país fue evaluado con el peor desempeño respecto a los decesos del personal médico y el sistema de salud gratuito, universal y eficaz que prometieron no ha funcionado. En cuanto al cuidado del medio ambiente, el gobierno mexicano ha ignorado por completo apostar por la generación de energías limpias, a pesar de verse obligado por compromisos internacionales.

La pobreza ha ido en aumento, pues la CEPAL ha estimado un incremento de hasta 2.5 millones más de pobres en este año. Lo que significaría a la fecha que hay 5 millones de pobres más que en 2018. Contrastando con el hecho de que en el anterior sexenio se logró sacar de esta situación a más de un millón de personas.

Otro tema que resalta es la imperante inseguridad donde el gobierno actual ya rebasó la barrera de 130 mil personas asesinadas, significando un promedio de 34 mil 500 al año.

De igual forma se ha visualizado una nociva tendencia por cooptar y centralizar el poder, así como un desmantelamiento institucional que ha mermado la capacidad de actuar de la administración pública e incluso, de órganos autónomos y de otros poderes, transitando hacia una especie de hiperpresidencialismo.

Lo anterior es la realidad que se vive México a cuatro años de aquella transición, dejando un incuantificable número de deudas con las y los mexicanos, que día a día exigen mejores oportunidades.

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Senador de la República.
@manuelanorve