El 2020 será un año inolvidable por múltiples razones. Pues con el transcurso los meses fuimos testigos de una de las peores crisis a las que se ha enfrentado la humanidad; principalmente debido a la llegada del virus SARS-CoV-2, que desafortunadamente a los mexicanos nos dejó cuando menos sin algún conocido.

Pero no sólo de esa forma nos sorprendió este 2020, sino también por la pronta aparición de vestigios críticos, como actos de violencia, crisis política en diversos frentes, incendios forestales, la explosión en Beirut, así como la abrupta caída del precio del petróleo en todo el orbe.

No obstante, si hubo un hecho que marcó un parteaguas en nuestra vida fue la aparición del Covid-19 , que estremeció y desafió los sistemas de salud de todo el mundo, con efectos colaterales sumamente complejos a la dinámica con la que funcionaba la economía como la conocíamos anteriormente.

Ahora, vivimos una verdadera nueva normalidad, marcada por una pauta de cuidados y acciones que no nos han permitido desarrollar con plenitud nuestras actividades del día a día, paralizando sectores enteros de la economía, modificando también el binomio de la enseñanza-aprendizaje, al tiempo de generar una nueva configuración en la convivencia social con considerables limitaciones.

Sin duda alguna, los anteriores factores nos dejarán un imborrable sabor y memoria para este 2020; particularmente, para aquellas familias que perdieron un ser querido o su fuente de ingresos. Sin embargo, como reza el proverbio no hay que olvidar que nunca se ve tan oscuro como cuando está a punto de amanecer.

Grandes lecciones nos dejó el año pasado en las que el aislamiento nos brindó la oportunidad de reflexionar sobre nuestro pasado, presente y con miras a un mejor futuro. Aunado a lo anterior, muchos tuvimos la dicha de convivir más con nuestras familias, creando una mejor relación.

Evidentemente, no todo fue malo, ya que hubo momentos en que la fortaleza y unidad de millones de personas se admiró como la guía que nos ayudara a salir adelante. De igual forma, la naturaleza tuvo un merecido respiro.

Por ello, debemos dar la bienvenida al año 2021 con la mejor energía; pues aún en los momentos más adversos, la creatividad, la solidaridad y el firme espíritu de unidad que nos caracteriza a las y los mexicanos no se vio reducido ni amenazado.

A pesar de contar con un gobierno federal que en todo momento actuó contracorriente, con decisiones inexpertas y tardías que desestimaron la gravedad de la pandemia y han posicionado a nuestro país como uno de los peores lugares para enfrentar esta crisis. Aunque de igual manera, hubo acciones de millones de mexicanos que lograron frenar la intempestiva caída a la que nos acercábamos, como la intervención del personal del sector salud.

Ahora, sin estancarnos en el pasado, es momento de retomar con la mayor conciencia, sensibilidad y asertividad todos aquellos planes, metas y sueños inconclusos que postergó el 2020; para poner en marcha un mejor mañana para los que estamos presentes, llevando siempre en nuestra mente el máximo reconocimiento de quienes su presencia física partió.

Y si bien es cierto que siguen siendo colosales los retos que enfrentamos en múltiples terrenos, también lo es que iniciamos este año con más esperanza ; a la que debemos agregar aquellas acciones que lleven a la práctica las mejores lecciones y reflexiones que nos dejó el año pasado en aras de construir un mejor futuro para todos.

Senador de la República
@manuelanorve

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