Es un hecho innegable que en la sociedad contemporánea se han suscitado múltiples problemáticas en torno a la violación de los Derechos Humanos de diversos grupos poblacionales, a pesar de que estas prerrogativas constitucional y convencionalmente reconocidas deben ser garantizadas para todas las personas sin distinción.

No obstante, en pleno siglo XXI se manifiesta un preocupante panorama de omisiones y vulneraciones a los Derechos Humanos de ciertos sectores, como el de las mujeres, que aun con un largo camino de luchas y pugnas encaminadas a lograr un piso parejo, son todavía objeto de violencia de género, bajo conductas y pensamientos arcaicos que demuestran desigualdad entre hombres y mujeres.

La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, define a la violencia contra la mujer como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada; violencia que sufren millones de mujeres, niñas y jóvenes convirtiéndose en un hecho verdaderamente preocupante.

Si bien es cierto que en algunos campos como el político se han alcanzado algunas victorias como la integración absolutamente paritaria de la Cámara de Diputados para la LXV Legislatura, también lo es que en otros rubros prevalecen grandes y serios retos.

Muestra de ello es que, según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de enero a octubre de 2021, casi 1,900 mujeres han sido privadas de la vida, aunque solo un cuarto de estos casos fue clasificado como el peor tipo de violencia, es decir, la feminicida.

A ello hay que sumar que la brecha salarial se hace latente día con día, pues entre 2018 y el primer trimestre de 2020 este indicador tuvo una diferencia promedio del 15%; es decir, que por cada 100 pesos que perciben los hombres mensualmente, las mujeres ganaban solo 85 pesos.

Ante tales problemáticas se ha intentado asegurar un cúmulo de derechos para las mujeres a través del blindaje normativo, con diversos tratados internacionales signados por el Estado mexicano, así como reformas constitucionales y emisión de legislación secundaria especializada; no obstante, los retos son complejos.

Por lo anterior, es necesario concientizar acerca de la violencia contra las mujeres, donde una forma de exhortar al público mundial a la reflexión es a través de los Días Internacionales, destacando que la adopción de estos es utilizada como una herramienta básica para la promoción sobre asuntos que merecen atención tanto a nivel nacional como internacional, tocando la puerta de los gobiernos, organizaciones no gubernamentales, asociaciones y diversos sectores e instituciones del Estado, y principalmente con mensajes para las y los ciudadanos; buscando crear conciencia mediante la implementación de acciones que mitiguen la violencia de género.

En virtud de lo anterior, garantizar y defender los derechos de las mujeres es un deber que recae en los hombros de todas la personas, pues aún existe una larga brecha por recorrer; si bien, existen diversas políticas públicas, integrales e inclusivas, en favor de las mujeres, la violencia en contra de ellas no termina, por lo que es importante seguir luchando para empoderar y fortalecer a las mujeres de nuestro país, trabajando permanentemente para poner fin a la desigualdad y la violencia que hoy en día las aflige.

Senador.
@manuelanorve

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