No obstante que en el sexenio que concluyó se otorgó un sustancioso incremento al salario mínimo, que fue calificado por varios sectores como histórico, la mayoría de la población trabajadora asalariada con el ingreso mínimo, continúa enfrentando situaciones muy difíciles para llevar el alimento y satisfactores para una vida digna de sus familias. Es necesario aclarar que con esta afirmación no es que no reconozcamos esa relevante medida de las autoridades federales anteriores, así como su voluntad de cambiar las condiciones de vida de este importante sector poblacional; lo que tratamos de enfatizar es que la precariedad económica laboral continúa siendo una realidad irrefutable en la que debemos centrarnos todos, principalmente las autoridades federales que integran esta nueva administración federal, para resolverla.
Especialistas en la materia han señalado que hay muchos factores que erosionan el poder de adquisición del salario, entre los que destacan la inflación, los sobre precios a artículos de primera necesidad, altas tasas de interés y la paridad peso-dólar, entre otros. Sin embargo, es en la inflación donde la opinión de expertos se centra como la principal causa que mengua la capacidad adquisitiva del salario mínimo. Como muestra de ello, aducen que aunque en el sexenio anterior este tipo de salario aumentó en un 143 por ciento, calificado como una cifra sin precedente en las últimas décadas, pasando de 102 pesos a 248 pesos diarios, el incremento de la inflación, de diciembre de 2018 a marzo de 2024, también fue muy notorio, ubicándose en el 30.13 por ciento, fenómeno que impactó directamente en los bolsillos de los trabajadores que ganan un salario mínimo, tanto en el sector público como en el privado.
Es de hacer notar que según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), debido a la inflación, se dio un cambio en la práctica de compra de los mexicanos, sobre todo de los sujetos al salario mínimo, que consistió en que pasaron de comprar sus despensas semanales a hacer compras cada tres o cuatro días, y actualmente lo hacen a diario, adquiriendo por pieza huevo, cebolla, jitomate, aguacate y papa, así como arroz y frijol a granel, pues no les alcanza su ingreso para comprar dos canastas básicas al mes, que es el umbral de pobreza, cuyo costo es de 9 mil 59.70 pesos, con su ingreso mínimo mensual de 7 mil 650 pesos.
En términos generales, las estadísticas de octubre de 2023, determinaban que en el país existen 18 millones 463 mil personas que ganan hasta un salario mínimo; es decir, 67 por ciento de los mexicanos carecen de ingreso suficiente para superar la pobreza y sólo 12 por ciento de la población tiene condiciones de bienestar, ingreso digno y sin ninguna carencia social.
Es relevante conocer esta realidad, pues de ese tamaño es el reto que enfrentarán las nuevas autoridades federales para cambiar las estadísticas de pobreza y pobreza extrema en el sector de los trabajadores públicos y privados. Desde luego que es difícil, pero no imposible. Y una de las primeras exploraciones de solución, pensamos nosotros, sería principalmente mantener a raya el incremento de la inflación, en paralelo con tasas de interés y el tipo de cambio. Asimismo, implementar puntos de venta especiales de productos que integran la canasta básica para que asalariados con el mínimo ingreso, y nadie más que ellos, los adquieran para evitar la especulación.
El inicio de un nuevo gobierno significa una oportunidad invaluable de cambiar muchos aspectos de la vida nacional que han quedado relegados y la precarización salarial en el país es uno de ellos. Principiar una nueva administración federal representa asimismo la posibilidad esperada de construir con firmeza un futuro para todos más justo, sostenible y próspero, donde la igualdad se convierta en la piedra angular de las expectativas de una nueva era para México. Todos esperamos un cambio con justicia que apuntale nuestro crecimiento como nación y con desarrollo como destino. El sector de los trabajadores y sus representaciones sindicales tienen fe en ello.
Hasta la próxima.