Paciente de 62 años, diagnosticada con esquizofrenia, está en una crisis de salud que la incapacita totalmente. Su hija me cuenta que “después de cinco años de tomar Clopsine (clozapina) de octubre del año pasado para acá empezó el desabasto. Nos alcanzaron a surtir una caja al mes, cuando ella requiere cuatro cajas mensuales. No te lo venden en la farmacia con la receta del IMSS. No sabíamos la magnitud de lo que estaba pasando porque se compraban en las farmacias, pero ahora ya ni ahí se consiguen. Se agudiza la problemática porque tuvimos que acudir nuevamente con el médico particular, le cambiaron la medicina y ya es la tercera noche que no duerme. Es un riesgo para ella, ha intentado suicidarse, se sale de casa y entonces no solo puede atentar contra su vida, sino contra la de otros”.
Desde mayo de este año, a nivel nacional no se surten efectivamente varios medicamentos psiquiátricos, en específico la clozapina, único medicamento que ayuda a mantener estables a alrededor de 2 millones de mexicanos que padecen de esquizofrenia. A pesar de que Cofepris reaccionó la semana pasada a una carta enviada por la Asociación Psiquiátrica Mexicana comprometiéndose a resolver el desabasto de este medicamento para el 30 de junio, aún no se han visto cambios concretos.
El desabasto de medicamentos en el país es más amplio de lo que sale a la luz cuando se habla de cáncer infantil. El informe de Transparencia en Salud recientemente publicado por el Colectivo Cero Desabasto, una coalición de más de 60 organizaciones de salud, muestra cómo el desabasto de medicamentos tiene tendencias a la alza desde 2019. Detalla que se ha duplicado la falta de surtido efectivo de recetas médicas provenientes de instituciones públicas (IMSS e ISSSTE) entre 2019 y 2020. Igualmente, quejas relacionadas al desabasto de medicamentos en IMSS, ISSSTE e Insabi/Seguro Popular, aumentaron 48% entre 2019 y el 2020. Adicionalmente, ha habido desabasto de vacunas para enfermedades diferentes al Covid19. El informe revela reducciones importantes en la aplicación de vacunas contra el tétanos y el VPH, con caídas de 92% y 73% de vacunaciones.
Distintas fuentes vinculan este desabasto a la incompetencia del gobierno en los procesos de compra y distribución de los medicamentos. La investigación “Operación Desabasto”, impulsada por Impunidad Cero y Justicia Justa, explica que la administración de López Obrador estableció una nueva ruta para las compras públicas, incluyendo todas las compras de medicamentos, para que pasaran por la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda a partir del 1 de enero de 2019. Esto quitó al IMSS la facultad de compra de medicamentos a nivel federal y estatal. Lo que generó un cuello de botella colosal.
Además de dificultades burocráticas al intentar reformar, sin éxito, los sistemas de compra-venta de medicamentos, en marzo de 2019 López Obrador vetó a las tres distribuidoras de medicamentos más grandes del país: Grupo Fármacos Especializados S.A. de C.V. (Grufesa), Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico S.A. de C.V. (Dimesa) y Maypo. Cofepris clausuró 7 de las 17 plantas de Pisa porque supuestamente hallaron una bacteria en productos para tratamientos oncológicos —pero no abrió una ruta para comprobar que habían remediado el peligro sanitario que generó un vacío de proveedores.
En 2019 más de 60% de las claves de medicamentos quedaron sin oferta de compra. Para finales del 2019, el gobierno federal había fallado en comprar medicamentos para 2020.
Si bien, los monopolios en la producción, que generan las patentes, son un problema global, el gobierno de López Obrador ha privilegiado la lucha contra los monopolios frente al acceso a medicamentos. Dudo que alguien escatimara en reconocer que se castigue a las farmacéuticas que incurrieron en actos de corrupción, pero debieron contar con una estrategia efectiva de sustitución oportuna de medicamentos, que no pusiera en riesgo la vida y la salud de millones de pacientes.
@MaiteAzuela