Luego de una larga batalla mediática con el Congreso del estado, Samuel García se registró el domingo pasado como precandidato de Movimiento Ciudadano para contender por la Presidencia de la República. En estos días, se ha vanagloriado a sí mismo bajo las afirmaciones de que es el precandidato más joven de la historia, que quiere que México tenga muchos Teslas, que él es la verdadera oposición.
Además de no entender que él siempre fue la segunda opción (pues Dante quería a Marcelo y no a él) tampoco entiende que si en verdad quiere ser presidente, tiene que comenzar por respetar las reglas y los procesos establecidos por la ley. Este joven político que genuinamente asegura ser una autentica opción y no un medio para dividir el voto de la oposición, se parece mucho en su forma de actuar a la del oficialismo, como él se refiere a la 4T.
Con la óptica autoritaria de quien no tiene nada asegurado, Samuel García buscó imponer a su sucesor interino. Todo, para garantizarse a sí mismo que una vez perdida la elección por la Presidencia de la República pudiera regresar a la sombrita en el caluroso Nuevo León. Fue así como el joven promesa utilizó las prácticas de cualquier viejo político y saltándose la legislación impuso al son de un decretazo a su secretario de Gobierno Javier Navarro; ¿en dónde quedó la nueva forma de hacer política?
Esto calentó a la mayoría del Congreso local que rechazó el nombramiento de Navarro y, como ya es costumbre para la desorganizada oposición en cualquier parte del país, en su afán de oponerse sin pensar en la ciudadanía, nombraron a un político de los suyos que tampoco podía ser nombrado: Arturo Salinas, presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado. Ayer mismo al votar la renuncia de Zaldívar, la oposición en el Senado afirmaba que la Corte no es un trampolín político: ¿el Tribunal Superior del estado de Nuevo León sí lo es?
Ayer en su sesión de los miércoles la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le leyó la cartilla al Congreso estatal al determinar que Arturo Salinas es inelegible para fungir como gobernador interino y ordenó realizar la designación de la gubernatura interina.
Nuevo León se quedó como el perro de las dos tortas, ni Navarro y Salinas ¿y por culpa de quién? A primera vista parece que hay una responsabilidad compartida entre Samuel García y la oposición en el Congreso, pero definitivamente este embrollo pudo haberse evitado si Samuel simplemente hubiera agarrado sus cosas sin intentar imponer a uno de los suyos.
Pero esta película no acaba ahí. Resulta que seis instituciones nuevoleonesas –entre ellas nada más y nada menos que el Congreso del estado– publicaron un comunicado en el que acusan a Samuel García de detener la nómina de la primera quincena de noviembre de más de 7 mil empleados que laboran en esas instituciones.
El comunicado lo firmaron las y los titulares de esas seis instituciones. Así que son ellos quienes directamente acusan a Samuel García de que por una “revancha política” se vean afectadas las familias de miles de servidoras públicas. Para nadie es ajeno que la oposición del Congreso de Nuevo León ha nombrado a varias de las y los titulares firmantes.
La falta de recursos provenientes del poder ejecutivo para la nómina que debió pagarse esta semana puede deberse que, como es del conocimiento público, Nuevo León no tiene gobernador. Esto proyecta la gravedad de que por el capricho de unos cuantos, una entidad federativa pase más de 24 horas sin titular del ejecutivo; ¿así pretende gobernar Samuel García? ¿A quién se parece?
Han pasado pocos días desde su registro como precandidato y Samuel García nos ha dejado claro una cosa: piensa que todo se trata de él y su capacidad para gobernar no atraviesa por hacer política de alto nivel, con diálogo y acuerdos. Juzgue usted el papel que este joven promesa jugará en 2024.
@MaiteAzuela