“No es muy creíble este reportaje, por cómo se está presentando y lo vamos a demostrar científicamente”. Así reaccionó la presidenta en la mañanera del lunes pasado al reportaje publicado por el diario estadounidense The New York Times sobre la producción de fentanilo en México.
Como si defendiera algo, Claudia Sheinbaum no ha hecho más que descalificar un trabajo periodístico que muestra la realidad de lo que sucede en México y que es uno de los principales motivos por los que Donald Trump está enojado. ¿Por qué la molestia de la presidenta con un reportaje? ¿Qué es lo que el gobierno de México demostrará científicamente? ¿Acaso mostrarán la verdadera receta para producir el fentanilo?
En respuesta a las críticas de Sheinbaum, el propio The New York Times aseguró en un comunicado que las reporteras Natalie Kitroeff, Paulina Villegas y Meredith Kohut “pasaron meses investigando la industria del fentanilo”, el comunicado concluye con un respaldo pleno al reportaje.
A escasos 20 días de que Donald Trump asuma como presidente de Estados Unidos, con una amenaza de operaciones militares en México vs los grupos del crimen organizado rondando su discurso, el reportaje “‘This Is What Makes Us Rich’: Inside a Sinaloa Cartel Fentanyl Lab” efectivamente tiene un impacto negativo para la narrativa que intenta colocar el gobierno mexicano.
El reportaje no hace otra cosa que narrar la travesía incansable que las tres periodistas tuvieron que pasar para lograr acceder a una “cocina” de fentanilo en medio de un estado de Sinaloa que desde la detención del Mayo Zambada no da tregua.
Sí, en algunos párrafos del reportaje parece que se está narrando un capítulo de Breaking Bad, pero esa es la realidad de nuestro país, no es una serie de televisión: “Tras ponerse guantes, metió la mano en una cubeta llena de polvo de fentanilo y empezó a masajear tinta azul allí. Dijo que mezclaba el colorante porque este material pronto sería convertido en píldoras y eventualmente puesto a la venta para los consumidores estadounidenses.”
En los últimos cinco años, han muerto anualmente entre 75 mil y 100 mil personas en Estados Unidos por sobredosis de fentanilo. ¿Esto es culpa de los mexicanos? La respuesta debería ser un rotundo “no”. Sin embargo, sí hay una carga de responsabilidad por la política de drogas implementada en nuestro país.
Entonces, ¿cómo se combate el fentanilo en México? Hace un año, el gobierno federal lanzó un comercial –que hasta el día de hoy se transmite en medios de comunicación– con un corrido tumbado sobre lo que hace el fentanilo: “la muerte, en un polvo que viaja desde el profundo oriente, que te deja bruja nomás al sentir caliente, en un puñado de pastillas se va la vida, se escurre por las alcantarillas, dicen que se llama fentanilo […] Y no, no la vayas a regar, la cosa es bien sencilla, si te metes fentanilo seguro vas a quebrar”.
El reportaje de The New York Times desmiente el corrido tumbado del gobierno federal, resulta que el polvo no viaja desde el profundo oriente, sino que se cocina en México.
Luego de un año de corridos tumbados, a principios de diciembre 2024, el gobierno de Claudia Sheinbaum presumió la incautación de más de 20 millones de dosis de fentanilo en un camión en Sinaloa.
Si se leen conjuntamente el decomiso de fentanilo en Sinaloa y el reportaje de las cocinas de fentanilo –también en Sinaloa– hay una conclusión contundente: En México se produce el fentanilo que mata a estadounidenses y que ha alcanzado también a mexicanos.
¿Qué es lo que cala en Palacio Nacional? Pelearse con The New York Times por mostrar valientemente la realidad es solo un síntoma de que más allá de los corridos tumbados y una incautación histórica del opioide, el gobierno de Claudia Sheinbaum no tiene una política de drogas clara para detener al monstruo del narcotráfico. Y ahí viene Trump.
@MaiteAzuela