El maravilloso Foro Itálico, catalogado por muchos jugadores de todas las épocas como el escenario ideal para tener un gran torneo —como ha sido el Abierto de Italia, para mujeres y hombres—, localizado en una zona céntrica de Roma —en el área del famoso Coliseo—, ha dejado claro cómo vendrá Roland Garros en unos días, en otra bellísima ciudad, como lo es París.
El estadio —con tribunas de mármol— ha venido actualizándose, y gigantescas estatuas romanas atestiguan los partidos en sus 15 canchas de arcilla, que estuvo mojada casi las dos semanas del evento.
Tan es así, que los organizadores han anunciado que le pondrán techo al estadio para la edición 2026.
A Roma, llegaron todos queriendo ganar el prestigiado Internazionali d’Italia, dejando claro varios inconvenientes, como estar muy cerca del segundo Grand Slam de 2023.
Otro es que, por ser categoría 1000 en ambas ramas —con 96 jugadores en los draws—, los tenistas de élite tienen que jugar hasta seis o siete partidos para ganar el torneo en dos semanas, y obviamente las lesiones están a la orden del día.
Elena Rybakina ganó en Roma, convirtiéndose en la figura del evento, junto con Iga Swiatek y Aryna Sabalenka.
Las mujeres están entregando partidos de enorme calidad, sin tanto drama, como a los que nos tenía mal acostumbrados Serena Williams, y ahora los ratings de televisión —en la rama femenil— han subido, siendo que las tribunas en sus etapas finales tienen un mayor número de espectadores, con el espectáculo asegurado.
En los hombres, Carlos Alcaraz llegó agotado a Roma, junto con otros grandes jugadores, siendo Daniil Medvedev quien logra —para su destacado historial— su primer título sobre canchas de arcilla, derrotando al danés Holger Rune, quien junto con Stefanos Tsitsipas, se han convertido en los menos queridos del circuito. Estamos listos para Roland Garros.