El futbol está en todas las pantallas de televisión y en todos los medios de comunicación en el mundo, siendo los jugadores y entrenadores los protagonistas, por lo que deben ser un ejemplo de respeto y comportarse de manera ejemplar dentro y fuera del campo, situaciones que cada vez se tornan más complicadas por las faltas de respeto al árbitro.

La mayoría de los futbolistas y entrenadores no aceptan muchas de las decisiones arbitrales, faltándoles el respeto. Desafortunadamente, estas conductas reprobables las ven los niños, los papás, el público en general y las mismas autoridades. La cuestión es por qué lo hacen, y una de las respuestas es que los reclamos presionan a los árbitros a tomar decisiones que, en ocasiones, son erróneas. Todo esto a pesar de tener el apoyo de la tecnología, como es el VAR en el futbol, el Ojo de Halcón en el tenis, las revisiones en video en el basquetbol, beisbol, futbol americano, hockey, etc.

Otra respuesta es la de señalar culpas para evadir responsabilidades. Cuando un equipo pierde, automáticamente culpa al árbitro por marcar un penalti que aparentemente no era, por expulsar a un jugador que por poco mata al otro, por marcar un fuera de lugar, etc.

Los árbitros son seres humanos y están entrenados para ser la máxima autoridad en el campo y, de acuerdo con las reglas y decálogos de cada deporte, no se les protesta, ni se les critica; pero eso, en esta época, no sucede. ¿Por qué se ha perdido este respeto? Porque hay mucho en juego, ya que los premios y salarios son altísimos, haciendo que los deportistas hagan todo para obtener el triunfo.

En otros deportes también se dan estas anomalías, como el tenis, en el que Serena Williams amenazó a una juez de línea por una decisión; afortunadamente, la juez fue a decirle al árbitro y no hubo más remedio que castigar a la tenista, quien perdió el partido.

En el futbol, cuántas veces no hemos escuchado y sabido de situaciones violentas contra los árbitros, quienes son amenazados hasta de muerte por los hinchas y tienen que salir protegidos por la policía.

El árbitro se puede equivocar, y la estadística estima que tiene un margen de error aproximado del 10%, pero si una de esas equivocaciones es clave y el resultado del partido recae en esa decisión, es el culpable y se convierte en el protagonista, poniendo su honestidad bajo sospecha.

Los insultos, las faltas de respeto a la máxima autoridad y amenazas a los árbitros, son cotidianos; sin embargo, en los países desarrollados se ve menos, porque la gente, en su mayoría, respeta a la autoridad. En la NFL, en la NBA, en la Premier League, en las Ligas Mayores de beisbol y en la NCAA, la Liga colegial más importante del mundo, rara vez hay un escándalo con los árbitros.

Desde luego que tienen equivocaciones, pero en América Latina —y en México para ser mas puntuales—, ya se está cayendo en lo ridículo. Vamos a respetar a la autoridad.

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