1.—

Japón, aparte de su promesa de realizar los Juegos Olímpicos de , tiene un compromiso moral de revitalizar la economía, el ánimo y el orgullo de su población, después de haber sufrido un terrible tsunami y un desastre nuclear en Fukushima.

Sin embargo, entre el 70 y 80% de la población ya no desea celebrar los Juegos Olímpicos , y desafortunadamente para Japón no es decisión del Gobierno ni de su Comité Olímpico cancelar esta justa deportiva.

La cancelación de estos Juegos Olímpicos sólo puede hacerla el Comité Olímpico Internacional, de acuerdo a los contratos que se tienen entre Japón y el propio COI, así que el país asiático está atado de manos ante la situación y el organismo deportivo internacional de plano no quiere cancelar los Juegos, a pesar de que la emergencia sanitaria ha sido extendida en el país del sol naciente y su primer ministro, Yoshihide Suga, apareció en público para explicar que las próximas tres semanas serán clave y que esta decisión es una consecuencia de que no ha mejorado la situación. Agregó que los Juegos Olímpicos no son prioridad y que los protocolos de salud son lo más importante.

2.—

Queda claro que el Comité Olimpico Internacional es el dueño de los Juegos, de la marca, de la celebración, de sus aros olímpicos, de los derechos de televisión para todo el mundo, de los patrocinios, y es por eso que pone a concurso la sede y —en este caso— la ganó Tokio para 2020. La ciudad se comprometió a celebrar estos Juegos y el honor, el respeto, la palabra de los japoneses son prioridad, y están dispuestos a cumplir, a pesar de que la mayoría de la población le dice “no” a los Juegos Olímpicos y prefieren tomar la pérdida económica que eso representa.

3.— Las empresas aseguradoras j

uegan un papel muy importante, y tanto el Comité Olímpico Internacional, el Comité Olímpico de Japón y las televisoras, están totalmente asegurados; sin embargo, la ciudad de Tokio, sus inversiones en infraestructura, los restaurantes y sus adecuaciones, las empresas de transportación, las constructoras, los empleos que se generaron, la industria de los souvenirs, los hoteles y su ocupación, las líneas aéreas, aspiraban al beneficio de la derrama económica que no ha podido llegar y que, aunque se celebren, los Juegos Olímpicos, no se dará.

Las empresas aseguradoras no quieren que se suspendan, el Comité Olímpico Internacional y las televisoras tampoco, pero Japón ha extendido la etapa de emergencia, a menos de dos meses del 23 de julio, fecha de la inauguración de los Juegos.

4.—

Por estas razones, Japón no puede suspender los Juegos. Está en manos de un monstruo devorador, que es el tema comercial. Por el otro lado, el Comité Olimpico Internacional reconoce el tema de salud y desea proteger a los participantes, pero insiste en celebrarlos y aún piensa que lo puede lograr, pero se realicen o no, esta situación ya es complicada e insostenible, y el resultado no será bueno.

luis@vamosdeportes.com

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