Los ingleses tienen su forma muy especial de hacer las cosas: siempre con orden, reconociendo que existen diferencias culturales en las emociones entre Oriente y Occidente. No se necesita ser un investigador de emociones para entender la inexpresividad por la que conocemos a los británicos y su historia donde el poder imperial iba por todo el mundo conquistando países.
Los ingleses reglamentaron el tenis y muchísimos deportes. A Wimbledon lo llaman The Championships , haciendo lo que ellos consideran pertinente en su torneo y, aunque pertenecen a una asociación entre los otros tres torneos de Grand Slam , ponen sus propias reglas, modifican situaciones, con el fin de aumentar las probabilidades de experimentar emociones que ellos consideran positivas, en lugar de negativas, y la calle de Church, donde se encuentra el All England Club , tendrá el mismo éxito con puntos y sin puntos para el ranking.
La ATP y la WTA no están de acuerdo, ni respetan a Wimbledon por no aceptar a los tenistas rusos y bielorrusos. Los deportistas están en lo suyo, jugando torneos, y lo que menos desean es enrolarse en sus milicias para invadir un país vecino. La ATP y la WTA creen que debilitarán la organización del torneo de tenis más importante del mundo y los ingleses continúan adelante con su decisión, creando debate y polémica, aunque —al final— se va a hacer los que los ingleses así consideren.
Es un verdadero lío, porque vuelve a surgir el debate de quién es más importante, si el evento o los jugadores. En 1973, los jugadores formaron la ATP, renunciando a jugar Wimbledon ; sin embargo, se realizó el torneo tal y como lo tenían planeado, con la ausencias de muchas de las figuras del momento, y —al final— no pasó absolutamente nada.
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En 1974, los jugadores cedieron, consiguiendo únicamente que se respetara la solicitud de los tenistas en la repartición del dinero, pero los ingleses mantuvieron la forma de hacer el torneo al estilo Wimbledon y siempre han realizado lo que ellos han querido, aclarando que son los que han hecho del tenis lo que es hoy en día.
La inexpresividad británica es evidente y ¡Vamos! Al final, Wimbledon mantiene su tradición, se va a realizar en tiempo y forma, como dicen los políticos. Es el trofeo más prestigiado de los cuatros de Grand Slam , siendo la ATP y la WTA las que están perjudicando más a sus agremiados que a uno de los eventos deportivos más reconocidos en la historia. ¡Vamos! Más vale que se ordenen los jugadores o la sangre llegará al río.
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